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Columna
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Infraestructuras de investigación

Muchas veces, sobre todo desde ciertos ámbitos del nacionalismo gallego se mira a Cataluña con cierta superficialidad, intentando reproducir miméticamente lo que sucede allí sin reparar que la realidad catalana y gallega son muy diferentes. Así,el dogma de ciertos nacionalistas es que en Galicia se debe actuar con criterios unitarios y no se deben duplicar o triplicar infraestructuras. Si no se hace así, se argumenta que es por intereses localistas. Se mira a Cataluña y se pone como ejemplo el hecho de que Barcelona aglutina la mayor parte de infraestructuras, obviando que en ese caso, también se concentra la mayor parte de la población catalana, cosa que no ocurre en Galicia, donde hay tres ciudades -A Coruña, Santiago y Vigo- en las que, sumando sus entornos, habitan más de medio millón de habitantes. Tener en cuenta este dato y actuar en consecuencia es conocer la realidad gallega y no tiene nada que ver con localismos.

Con el bipartito se dio un avance notable en innovación. No se debería ahora partir de cero

No siempre se mira a Cataluña con atención, sino que a veces se ignora lo que sucede realmente en ella. Se pueden poner muchos ejemplos de lo apuntado anteriormente, pero la existencia de tres universidades en Galicia es uno muy representativo. Muchas veces se argumenta que lo mejor para Galicia sería que siguiese existiendo una sola universidad en lugar de las tres actuales. Así se economizarían esfuerzos y recursos. En este caso no se compara con Cataluña.

Cataluña tiene más de diez universidades, de las que ocho son públicas, lo que representa 800.000 habitantes por universidad, cifra muy parecida a la de Galicia, que tiene 900.000 habitantes por universidad pública. Por otra parte, unas cifras muy similares corresponden a Alemania,Francia y la mayor parte de países europeos.

Un aspecto donde Cataluña está haciendo un considerable esfuerzo y donde sería muy conveniente desde aquí mirar con atención y detenimiento es la investigación y desarrollo. Hace unos días se inauguraba a las afueras de Barcelona, en un parque tecnológico al lado de la Universidad Autónoma de Barcelona el sincrotrón Alba.

El sincrotrón es una gran infraestructura científica y tecnológica con aplicación en diversos campos como ciencia de materiales, nanotecnología, análisis estructurales biológicos, diseño de fármacos y un largo etcétera. No solo más de 1.000 científicos se podrán beneficiar de dicha infraestructura, sino que también lo harán empresas y ciertos sectores industriales. El sincrotrón ha costado 201 millones de euros costeados a partes iguales por los gobiernos catalán y español. El proyecto empezó su andadura en 1992 y a lo largo de su gestación, desarrollo y ejecución las palabras claves han sido colaboración y continuidad. Colaboración entre diferentes administraciones y continuidad del proyecto, apoyado por diferentes gobiernos pertenecientes a colores políticos distintos. Esa continuidad se mantiene en la política de investigación desarrollo e innovación que está permitiendo que Cataluña se visualice claramente en la comunidad científica y en el dominio de la innovación con planes sensatos y ambiciosos.

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En Galicia, en el último gobierno de Fraga, se hicieron cosas sensatas en investigación, aunque faltaba apoyo y peso político de la dirección general correspondiente y, por tanto, escasez de fondos y programas ambiciosos. Ese apoyo se tuvo con el Gobierno bipartito donde se dio un avance notable, como indican claramente todos los índices, apoyándose en lo que ya estaba hecho. Se construyó y no se destruyó. Quizás, el principal reparo que se podía hacer es no finalizar diversas acciones empezadas. En cualquier caso, el Gobierno del Partido Popular no debía meter en saco roto lo que se puede aprender de Cataluña en este aspecto, en especial en lo referente a la continuidad. Es importante no partir de nuevo de cero y consolidar lo avanzado realizando políticas sensatas. Galicia posee hasta el año 2012 importantes fondos Feder y del Fondo Tecnológico que bien empleados pueden suponer dar otro salto adelante en investigación, desarrollo e innovación.

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