La rehabilitación de los corruptos
Con excesiva y vergonzosa frecuencia, la sociedad española se ve asaltada por escandalosos casos de corrupción. En todos ellos, una vez condenados los culpables con unos cuantos años de cárcel, muy pocos, a veces ninguno, recuperan la totalidad de lo estafado, pues previamente lo han colocado a buen recaudo. Si hacemos unos simples cálculos y dividimos la totalidad de la estafa entre los días en prisión, comprobaremos con gran estupor la alta rentabilidad de un día de cárcel para este tipo de delitos. Si a esto sumamos que tras la puesta en libertad toca disfrutar del botín en un placentero retiro, podemos exclamar: ¡excelente negocio!
Mientras, los políticos no parecen estar muy interesados en ello. ¿Por qué será? La solución es bien sencilla: tras la condena, cuando sea devuelta la totalidad del robo más los intereses correspondientes y los gastos de la manutención carcelaria, ese mismo día recobraría la libertad. Así se demostraría fehacientemente su sincero arrepentimiento, cumpliendo uno de los objetivos de toda condena: la rehabilitación del corrupto.
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