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Rusia vive una segunda 'perestroika'

El presidente Medvédev, fiel internauta, impulsa la modernización tecnológica del país - Para muchos expertos, la iniciativa esconde la falta de democracia

Pilar Bonet

Todo político ruso que se precie, comenzando por el presidente Dmitri Medvédev, tiene un proyecto de "modernización" para su país. Pese a sus enormes recursos (o justamente por ellos) Rusia da muestras de estancamiento. La élite, aposentada en el poder, parece tener atrofiada su capacidad de reforma; la sociedad, escéptica sobre su posibilidad de influir en la política, vive atomizada y a la defensiva. Y sin embargo, la palabra "modernización" suena cada vez más y la necesidad de peremen (cambio) está en el aire, como hace 25 años, cuando Mijaíl Gorbachov comenzó la perestroika en la URSS.

En el amplio debate en medios de comunicación, clubes y tertulias hay "modernizaciones" para todos los gustos, desde "renovación tecnológica" hasta "democratización", pasando por combinaciones que barajan la "reindustrialización" y sopesan el papel de la cultura, la psicología y la herencia histórica rusa.

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El impulso viene del mismo presidente, que en septiembre difundió el artículo Adelante Rusia, equivalente a un manifiesto modernizador. Dado que Medvédev navega por Internet, en Rusia hay blogueros y páginas digitales que se redactan con la esperanza de que el jefe del Estado las lea al desayunar. La actitud de Medvédev contrasta con la del jefe de Gobierno, Vladímir Putin, según el cual la mitad de los materiales de las webs son "pornografía".

Recientemente, Medvédev puso en aprietos al gobernador de Nízhni Nóvgorod, Valeri Shantsev, preguntándole si usaba Internet para informarse del estado de ánimo social. Shantsev confesó su atraso y es probable que algunos mandatarios provinciales hagan ahora pinitos personales en la Red. Entre los abanderados de la alta tecnología modernizadora y empresarial destaca Vladislav Surkov, el vicejefe de la administración, impulsor del nuevo Silicon Valley de Rusia. Surkov apuesta por el Estado y no por la sociedad. El "poder consolidado en Rusia es un instrumento de la modernización", señala. "Me atrevo a decir que el único", añade.

A la cabeza de quienes sostienen que no hay "modernización" sin "democratización" está el Instituto para el Desarrollo Modernizador (Insor, en su abreviatura rusa), institución que dirige Igor Yurgens y que está bajo el patrocinio del presidente Medvédev. En su informe Rusia en el siglo XXI, una visión del futuro, el Insor aconseja medidas concretas, que son exactamente las contrarias de las que se adoptan desde 2000. Entre otras, propone volver a elegir los gobernadores, reducir el mandato presidencial (que fue aumentado a seis años), reformar la legislación electoral para ampliar el espectro político y reformar el Ministerio del Interior, así como crear un organismo ciudadano para el control independiente de los órganos de seguridad.

Medvédev ha dicho estar en parte de acuerdo con el informe del Insor. Como mínimo, el documento es un ejercicio intelectual y también "un programa para el candidato a la presidencia de Rusia en 2012", según Yevguéni Gontmajer, uno de sus autores. Yurgens ha exhortado a Medvédev a romper con la época de "estabilización" encarnada por Putin, y atreverse a competir con su propio programa en los comicios de 2012. "Tú, presidente, que has proclamado la modernización, da muestra de fuerza y voluntad, preséntate y realízala y nosotros te ayudaremos de forma total y responsable", afirmaba en una entrevista. La idea de que el jefe del Estado les apoya, cierta o no, ayuda a los analistas del Insor a exponer su visión ante las élites de provincias, algo desorientadas sobre la correlación de poder en el Kremlin, como pudo comprobar esta corresponsal en Vladímir.

Por el momento, el Ministerio de Exteriores de Rusia ha pedido ayuda al Insor para perfilar la "asociación para la modernización", el nuevo cauce del diálogo entre Moscú y Bruselas que deberá aprobarse en la cumbre bilateral en mayo. La agenda de 10 puntos propuesta por la UE incluye el fortalecimiento del Estado de derecho y del diálogo con la sociedad civil y entre las sociedades. Hay también quienes piensan que la "modernización" es una asignatura pendiente que llega en forma de segunda perestroika.

Con ocasión del 25º aniversario de aquella política, el ex líder soviético, Mijaíl Gorbachov, ha puntualizado que no se trata solo de un cumpleaños, sino de una necesidad actual de libertad y democracia, y ha exhortado a las autoridades rusas a superar el miedo a la sociedad civil y a querer controlarlo todo. "El país solo puede avanzar con seguridad por el camino de la democracia, que ha sido muy descuidado en los últimos años", escribe. Según Gorbachov: "Para que [los rusos] se sientan y sean ciudadanos, solo hay una receta: democracia, Estado de derecho, diálogo abierto y honesto entre las autoridades y el poder".

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, durante una videoconferencia en Moscú el pasado día 16.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, durante una videoconferencia en Moscú el pasado día 16.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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