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Miles de latinos de EE UU exigen ante el Capitolio papeles para todos

El presidente norteamericano promete una reforma migratoria "este año"

Yolanda Monge

El momento es éste. Con Barack Obama en la presidencia del país y con un Congreso demócrata. "Si no es ahora, ¿cuándo?", se preguntaba ayer una anónima joven salvadoreña a la que llevó cerca de cuatro meses -de los que no quiere hablar- entrar en Estados Unidos desde su país natal. "Somos muchos y somos importantes", proseguía esta mujer que desde 2007 reside sin papeles en Washington, lo que la convierte en una ciudadana ilegal. "Ésta es la prueba de lo que somos", decía señalando a las miles de personas (se esperaban 100.000) que ya se congregaban en los alrededores del Capitolio. "Ésta es la Marcha por América".

En las faldas del Congreso, una marea humana le recordaba al presidente que no iba a tener tiempo para muchas fiestas aunque consiguiese sacar adelante su plan sanitario, pues tiene otra gran cumbre que conquistar: la legalización de los cerca de 12 millones de inmigrantes latinos que residen sin papeles en EE UU.

En la comunidad latinoamericana hay 12 millones de indocumentados

En una intervención grabada, emitida a través de pantallas gigantes colocadas en la explanada del Capitolio, Barack Obama aseguró que hará cuanto pueda para cumplir su promesa "este año". Obama fue el orador estrella en la mayor manifestación de su mandato hasta el momento. El Foro Nacional de Inmigración, uno de los grupos organizadores de la marcha, calculó que cerca de 175.000 personas secundaron la misma.

"La reforma sanitaria ocupará todos los titulares mañana pero, aun así, vamos a dejar constancia de que existimos", decía Luis Hidalgo, llegado desde Los Ángeles como parte de la caravana de autobuses fletada por la Coalición de Derechos Humanos para los Inmigrantes. Cuando se convocó la marcha hace un mes nadie esperaba que el proceso de aprobación de la reforma sanitaria -que se creía muerto- fuese a dar tantos coletazos y ser aprobado el día que los latinos habían elegido para hacerse oír.

Los hispanos son el grupo de población que más deprisa crece en Estados Unidos y hace ya más de 10 años que superó a la otra gran minoría racial, los negros. Según el sondeo anticipado del censo de población de 2010 -se hace cada 10 años y no distingue entre legales e ilegales-, los blancos representan el 75% de la población; los latinos, el 15,4% (en alza frente al 14,1% de los datos oficiales de 2007), y los negros, el 12,4%.

Las cifras hablan a su favor. Por eso, los organizadores creyeron que había llegado el momento de sacar a la calle la Marcha por América y demandar al presidente Obama el cumplimiento de su promesa electoral de una reforma migratoria a fondo.

"Durante demasiado tiempo las comunidades inmigrantes han sufrido los resultados de un sistema de inmigración fracasado que separa a nuestras familias y viola nuestros derechos civiles y humanos", asegura Ángela Sambrano, presidenta de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas, con sede en Chicago, desde donde también llegaron autocares. Acabar con la explotación laboral; permitir a los que ya están aquí traer a sus familias, y encontrar la fórmula para lograr la legalización de los indocumentados eran las reivindicaciones más oídas ayer en boca de los asistentes a la convocatoria. "¡Amnistía ya!", era el reclamo más deseado, también el más improbable.

Obama ha manifestado su compromiso "inquebrantable" con la reforma migratoria y la semana pasada recibía en su despacho a los senadores Chuck Schumer y Lyndsey Graham (demócrata y republicano, respectivamente), quienes lideran los esfuerzos en el Congreso para recabar apoyos en el cambio de la actual ley y que ya han presentado una propuesta marco.

Y sin embargo, el mismo senador Graham cree que la iniciativa puede nacer muerta y no ver la luz este año. "Si se aprueba la reforma sanitaria, su primera víctima será la reforma migratoria". No van a quedar fuerzas ni recursos. Y las organizaciones pro inmigrantes lo saben. Saben que el tiempo que queda entra hoy y las elecciones de mitad de mandato en noviembre es fundamental para su causa. Por eso ayer intentaron gritar tan alto como fuera posible. "¡Reforma migratoria ya!", decían Ocampo, Rivas y Menéndez... Aunque en el interior del Congreso la canción que se oía era otra.

Trabajadores latinos procedentes del Estado de Florida sostienen una bandera estadounidense gigante durante la marcha en Washington.
Trabajadores latinos procedentes del Estado de Florida sostienen una bandera estadounidense gigante durante la marcha en Washington.AP

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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