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Las aulas de inmigrantes son un "paso atrás", reprocha el Síndic

Ribó insta a fijar un plazo máximo de estancia en los EBE

Las aulas separadas para alumnos inmigrantes abiertas fuera de los centros ordinarios no segregan, pero "podrían no ser consideradas necesarias" y "parece que representen un paso atrás en la normalización de la acogida del alumnado inmigrante en el sistema educativo." Así lo asegura el síndic de greuges, Rafael Ribó, que ha concluido una actuación de oficio que abrió hace dos años sobre estas aulas.

La Generalitat creó entre 2008 y 2009 tres espacios de bienvenida educativa (EBE) para acoger temporalmente a los alumnos con dificultades tanto en catalán como en castellano antes de pasar a los centros ordinarios. Vic, Reus y Cornellà han abierto estos espacios.

El Síndic hace varias consideraciones críticas sobre los EBE. La primera es que la tarea que hacen "se solapa" con la que ya desarrollan las políticas de acogida municipal y las aulas y los planes de acogida de los centros escolares. La segunda consideración crítica que Ribó traslada al Departamento de Educación sobre los EBE es que "en estos centros los recién llegados no tienen contacto con niños ya escolarizados" (autóctonos o no). Aun así, recalca Ribó que, debido a que los alumnos están en ellos poco tiempo, "no puede hablarse de segregación".

No hay segregación, pero puede haberla "sin una regulación adecuada", afirma

Ribó cree que hay que potenciar las propias aulas de acogida para inmigrantes y personas con necesidades educativas específicas que ya existen dentro de las escuelas. "Ésta es la medida más eficaz desde el punto de vista de la integración escolar y social del alumnado inmigrante y desde la perspectiva de la garantía de la igualdad de oportunidades educativas", añade.

El Síndic de Gregues critica que no se haya fijado "la duración máxima" de estancia en los EBE (aunque no rebasa los dos meses en la práctica) e insta al Departamento de Educación a que establezca el tiempo máximo de permanencia y a que informe sobre la voluntariedad de ir a estos centros. También insta el Síndic a fijar la ratio máxima por profesional y la titulación exigida a éstos. "Sin una regulación adecuada, los objetivos de estos centros podrían desvirtuarse en la práctica y volverse verdaderos espacios de segregación escolar", dice.

Otro extremo que debería evitarse es que algunos "alumnos sin necesidades educativas específicas que llegan [a los EBE] con el curso avanzado pospongan su incorporación al sistema hasta el curso siguiente para evitar la complejidad que representa para los centros escolares gestionar la integración de un alumno al grupo de clase a medio curso".

El Síndic de Greuges cuestiona también la conveniencia de que, ya desde el inicio del curso, los EBE funcionen con niños que han llegado al municipio a medio verano y que podrían ir directamente a las escuelas.

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