Sanidad impulsará que los pacientes crónicos se enseñen entre ellos
La enfermera de enlace guiará a los enfermos por el sistema
La corresponsabilidad entre el paciente crónico y el sistema sanitario sobre la enfermedad del primero, en la que se basa la reforma del Departamento de Sanidad, comenzará a dar sus primeros pasos este mismo año. El departamento enseñará a los pacientes crónicos a manejar su dolencia por medio de cursos de formación que impartirá el personal de enfermería, pero también con una iniciativa en la que los pacientes con las mismas enfermedades se aconsejarán entre ellos sobre cómo gestionarlas.
El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, compareció ayer en la Cámara vasca para explicar la estrategia de su departamento para amoldar el actual sistema sanitario, orientado a los pacientes agudos, a las necesidades de los crónicos. Bengoa apuntó que el 41% de los hombres y el 46% de las mujeres tienen al menos una enfermedad crónica. Los crónicos suponen a día de hoy el 77% del gasto sanitario. La reforma plantea desviarlos a los centros de salud y enseñarles a ser menos dependientes del sistema porque "los resultados de los pacientes que se responsabilizan de su enfermedad son mejores", explicó Bengoa.
Tan sólo el 0,5% de las recetas se prescribe en formato electrónico
La experiencia piloto de formación dará comienzo a lo largo de 2010 y confluirá con la puesta en marcha del centro multicanal, que desde antes del verano servirá para aclarar las dudas de un grupo experimental de pacientes -vía mensajes de texto, correos electrónicos o llamadas telefónicas-. A estas medidas se suma la telemonitorización, que ya ha empezado a experimentarse y que controlará a los pacientes a distancia. Sanidad estratificará la población para conocer qué personas necesitan una mayor atención. El soporte sobre el que se asentarán las iniciativas con los pacientes será el del historial clínico unificado. Desde este mismo año se podrá acceder al expediente de cada enfermo desde todos los centros de Osakidetza. El viceconsejero de Sanidad, Jesús María Fernández, reconoció que están "tratando de resolver el retardo" en otra de las iniciativas, la de la receta electrónica, y cifró en 18.000 prescripciones, un 0,5% anual, las que se hacen en este formato, que permite un mayor control de la medicación.
Entre los profesionales, la duda está ahora en cómo se formará al personal sanitario para poner en práctica las nuevas figuras, como la enfermería de enlace. Ésta se encargará de contactar con los servicios sociales y los centros de salud cuando un crónico ingrese en un hospital para que, a su salida, esté todo preparado y no tenga que reingresar. Sanidad ya ha iniciado las conversaciones con los responsables de los estudios de Medicina y Enfermería. La enfermería de enlace será un estudio de posgrado, aunque en el grado también habrá asignaturas relacionadas. Desde la Facultad de Medicina, Agustín Martínez Ibargüen, explicó a EL PAÍS que su nuevo grado obligará a que "al menos el 50% de las prácticas se realicen fuera de los hospitales, en los centros de salud". De esta manera, los futuros facultativos tendrán un mayor contacto con los enfermos crónicos.
Hospital de Araba
Los sindicatos se reunieron ayer con responsables de Osakidetza, entre ellos su director, Julián Pérez Gil, para conocer los detalles de la nueva configuración hospitalaria alavesa. El hospital de Santiago será un centro para pacientes crónicos de entre 100 y 120 camas, frente a las más de 300 que tiene ahora. Sin embargo, Vitoria no perderá camas porque las restantes se trasladarán al actual Txagorritxu, que se convertirá en el Hospital Universitario de Araba con nuevos servicios como el maternoinfantil o la cirugía plástica y con nuevos quirófanos, urgencias médicas y consultas externas dirigidas a pacientes agudos.
El proyecto se completará en al menos cinco años y está abierto aún en cuestión de servicios y organización, pero que Santiago será un centro para crónicos es ya un hecho. La nueva infraestructura evitará duplicidades de servicios y supondrá un incremento de plantilla de 300 personas. Los sindicatos mostraron su cautela por que las estimaciones "se queden cortas" debido al aumento demográfico y por cómo se encajará la plantilla.
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