Castro resucita en la televisión cubana
La Habana cuenta en una serie los 638 planes para asesinar al ex presidente
Fidel Castro siempre estuvo en la mirilla de Estados Unidos. Incluso antes de llegar al poder, el líder cubano fue víctima de varios intentos de asesinato apoyados por Washington, según una serie televisiva que comenzó a emitirse el domingo en Cuba y que descubre algunas de las 638 tentativas de atentado que la seguridad cubana asegura tener documentados. Castro, de 83 años, lleva casi cuatro años apartado del poder debido a una grave enfermedad, pero, como demuestra el serial El que debe vivir, sigue en el centro de la vida de los cubanos.
El que debe vivir consta de ocho capítulos, cada uno de 70 minutos, y ha tardado tres años en filmarse. Se trata de una serie sin precedentes en la isla: 243 actores y actrices, además de 800 extras y figurantes, encarnan a figuras históricas como el dictador Fulgencio Batista, el ex director de la CIA Allen Dulles y los principales líderes revolucionarios, incluido Fidel Castro. La serie, que mezcla ficción, docudrama y material de archivo, se emitirá todos los domingos en horario de máxima audiencia.
El catálogo de planes y atentados frustrados es amplio y rebuscado: abarca desde puros envenenados y granadas disfrazadas de pelotas de béisbol, al famoso batido de chocolate con cianuro en la cafetería del hotel Habana Hilton, poco después del triunfo de la revolución, uno de los que más cerca estuvo de costarle la vida.
Curiosidades hay muchas: sales de talio para que se le cayera la barba, cámaras de televisión con fusiles camuflados o dosis de LSD para enloquecer al líder durante un programa en directo durante un viaje a EE UU en 1961. Otro intento, del agente de la CIA Desmond Fitzgerald, pretendía liquidar a Castro con un traje de buzo impregnado con bacterias del bacilo de la tuberculosis. Al parecer, Fitzgerald quiso colocar una caracola con una carga explosiva aprovechando el gusto de Castro por la pesca submarina.
El primer capítulo se centró en los intentos de matar a Fidel Castro antes de 1959, cuando preparaba en México la invasión del yate Granma y después, ya en la Sierra Maestra, al ser traicionado por un campesino llamado Eutimio Guerra. Se reproduce la carta que escribió entonces a su colaboradora Celia Sánchez en la montaña, después de un bombardeo de Batista con armas norteamericanas; Castro le anuncia que cuando termine la guerra se dedicará a otra batalla más importante: la lucha contra Estados Unidos.
En la serie, más en este momento, puede leerse en clave de que Cuba tiene derecho a defenderse de su principal enemigo. El último capítulo está dedicado a los intentos de magnicidio durante las cumbres iberoamericanas de presidentes, sobre todo el realizado en Panamá el año 2000. Castro, enfermo y todo, continúa marcando la historia y el paso en su país. Tanto es así que hoy publica un nuevo artículo sobre el cambio climático en el diario Granma.
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