Suráfrica acoge a un militar ruandés buscado por la muerte de españoles
La Audiencia lo reclama por el asesinato de un misionero y tres cooperantes
Tiene sobre sus espaldas una orden de busca y captura internacional por crímenes contra la humanidad y de guerra, así como por genocidio por participar en varias matanzas de refugiados hutus tras la toma del poder por los tutsis en Ruanda. Además, está acusado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu de ordenar y supervisar la muerte del misionero catalán Joaquim Vallmajó en 1994 y la de los miembros de Médicos del Mundo Flors Sirera, Manuel Madrazo y Luis Valtueña en 1997. Sin embargo, el teniente general ruandés Kayumba Nyamwasa reside desde hace dos semanas en Suráfrica sin que las autoridades de ese país lo hayan detenido.
Este ex alto cargo ruandés -depurado recientemente y perseguido en Ruanda por terrorismo-, antigua mano derecha del presidente Paul Kagame, tiene un amplio historial de matanzas. En la investigación sobre el genocidio hutu que siguió al cometido sobre los tutsis en los primeros noventa (y que causó unos 800.000 muertos), Andreu relata cómo bajo sus órdenes "se procedió al secuestro y posterior asesinato de Joaquim Vallmajó, así como de otros ruandeses hutus". Según testigos del Ejército Patriótico Ruandés (EPR), liderado por Kagame, que controlaba el norte del país, Vallmajó fue secuestrado y asesinado el 26 de abril de 1994, dos días después de que pidiera explicaciones sobre la muerte de uno de sus ayudantes. Según los ex guerrilleros, habría muerto a machetazos "para no malgastar balas" y seguidamente fue incinerado.
Nyamwasa, según Andreu, también habría "decidido, ordenado y supervisado el asesinato" de tres cooperantes españoles en enero de 1997 en Ruhengeri (norte de Ruanda). Sirera, Madrazo y Valtueña prestaron auxilio a los supervivientes de una matanza de unos 50 hutus a manos del EPR y un campesino les mostró las fosas comunes con cuerpos de otras masacres de los guerrilleros en los días anteriores. Dos días después de ser testigos de ese horror, cuatro soldados tutsis entraron en su residencia en aparente actitud amistosa para, minutos después, matarlos a tiros. Ese ataque fue planificado en una reunión a la que asistió uno de los testigos que declaró ante el juez español, miembro del servicio de inteligencia. Relató al juez que el máximo jefe militar en ese encuentro era Nyamwasa, que ordenó el asesinato porque "los blancos disponían de información sensible de las masacres que acababa de realizar el EPR". A Nyamwasa se le acusa además de planificar otros asesinatos masivos de hutus entre 1992 y 1996.
El militar ruandés, que hasta hace dos semanas era embajador en India, regresó a Kigali para participar en una reunión diplomática. A finales de febrero, la policía lo interrogó en relación con un ataque con granadas ocurrido el 19 de febrero. Nyamwasa huyó a Uganda y, de allí, a Suráfrica.
El juez Andreu envió el jueves un requerimiento a Interpol en el que recuerda la vigencia de su orden de detención, decretada en febrero de 2008. Junto a Nyamwasa, Andreu tiene procesados por genocidio al presidente Kagame y a otros 38 cargos de su Ejército, a los que acusa de haber urdido el exterminio sistemático de los hutus entre 1994 y 2000.
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