El paro juvenil, una vieja asignatura aún pendiente
Detrás del fundido a negro con el que arrancó la huelga general del 14 de diciembre de 1988 se escondía el paro juvenil. Para combatirlo, el Gobierno socialista de Felipe González diseñó un contrato para jóvenes entre 16 y 25 años que marcaba como sueldo el salario mínimo interprofesional y que los empresarios no cotizaran por contingencias comunes. La huelga dio al traste con el plan.
Ha habido otros intentos de facilitar la inserción laboral de los jóvenes. Contratos como el de prácticas o el de inserción, presentes en el amplio menú español, lo atestiguan. También el de fomento del empleo, creado en 1997 y destinado a los colectivos peor parados en el mercado laboral.
Pero lo cierto es que nada ha arreglado un problema que con la crisis se ha agravado. Según Eurostat, en enero el paro juvenil casi llega al 40%. El Gobierno ha puesto el asunto sobre la mesa del diálogo social. Entre sus intenciones está la de concentrar sobre el colectivo las subvenciones a la contratación.
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