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'Rambleros' reivindica la Barcelona de los setenta

Transiciones hubo varias. A finales de la década de 1970, una, la transición política que, dicen, asombró al mundo. Antes, sin embargo, cuando aún vivíamos bajo la férula de un general, hubo otra, en Barcelona y con el epicentro en La Rambla. El Consistorio ha querido rendir homenaje a aquella época primigenia con un ciclo bautizado Rambleros, que arrancó ayer y durará hasta el 28 de marzo.

Bajo la iniciativa del promotor Joan Estrada, la ciudad recupera oficialmente a personajes y artistas de aquellos años salvajes, que en su momento hubieran sido echados fuera de cualquier lugar oficial, como literalmente ocurrió en más de una ocasión. Algunos, los más emblemáticos, ya no están para contarlo, como el pintor Ocaña, a quien se le dedicará una antológica en La Virreina. Otros, como el también pintor Nazario, Angel Pavlovsky, Oriol Tramvia y Pau Riba, se dejarán ver por la preciosa carpa que el Ayuntamiento ha instalado al final de La Rambla y que ayer inauguró el alcalde, Jaume Hereu, reivindicando ese volátil, visceral, peligroso y contradictorio espíritu de aquellos años que, luego, cuando la transición política desembocó en la normalidad política, desapareció como el Titanic.

Un juicio teatral

Un total de 28 actuaciones llenarán la carpa a lo largo de este mes. La primera, ayer, fue el montaje del director Joan Ollé Rebels amb causa, que propone un juicio sobre aquella época en el que la juez es Montserrat Carulla y Victoria Pagès e Iban Benet son, respectivamente, la defensa y la acusación. Para argumentar en torno a aquellos polvos, se utilizarán textos de escritores que ya entonces deambulaban por La Rambla, como Javier Cercas, Jordi Coca, Ramón de España, Guillem Martínez, Jordi Petit, Pau Riba, Màrius Serra, Ferran Toutain y el mismo Pavlovsky.

Junto a los conciertos, espectáculos y exposiciones, el ciclo Rambleros incluye también varias mesas redondas. Concretamente, la dedicada a la stripteuse Christa Leem tendrá lugar en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Nou de la Rambla, un lugar que más de uno de los protagonistas de aquellos años visitó sin realmente desearlo. El rumor no confirmado es que en una de esas mesas, la dedicada al sexo, las drogas y el rock and roll, podría participar el periodista Federico Jiménez Losantos, que en aquellos tiempos formaba parte de aquel hervidero de ideas, aunque luego, tras un desagradable incidente, imprimió otro giro a su vida.

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