El paro fuerza a EE UU a dejar los tipos casi en cero
Ben Bernanke quiere una transición suave hacia la "normalidad" monetaria. Por eso reiteró ayer que elevar el peaje que la Reserva Federal cobra a los préstamos de emergencia a la banca es un primer paso "técnico", que no afectará al crédito al consumo, que seguirá cerca de cero varios meses. La recuperación está en una "en fase inicial", dijo, mostrándose muy preocupado con el paro de larga duración. Por si no fuera suficiente, el sector inmobiliario sigue contrayéndose, con las ventas de vivienda a estrenar cayendo un 11,2% en enero, un nuevo mínimo que neutraliza lo ganado en 2009.
Aunque ve signos de estabilización, dijo que debido a que se crecerá por debajo del 5%, al mercado laboral le costará sanar, por lo que el paro se mantendrá en torno al 7% a finales de 2012. Por eso reiteró ante el Senado de EE UU que la economía real necesita que los tipos sigan un periodo entre el 0% y el 0,25%.
Eso no quita, explicó, que esté preparándose para retirar los estímulos conforme el crecimiento se consolide. En este sentido, señaló que el acceso del sector financiero a los fondos que necesita "es ahora más fácil", y por ello el banco central ha empezado ya a retirar algunos de los planes que permitieron a la banca lidiar con la crisis en el último año.
Burbujas especulativas
La maniobra muestra el interés de la Reserva Federal por evitar acusaciones de crear burbujas especulativas. Y logra apaciguar unos meses a los miembros que presionan para ir más rápido. Janet Yellen, presidenta de la Reserva de San Francisco, cree, sin embargo, que los tipos deben mantenerse ahí lo más posible. "No creo en una recuperación en V", dijo el lunes. Le preocupa, como a Bernanke, que las empresas se acostumbren a funcionar con menos empleados, reduciendo costes y ganando eficiencia, para compensar lo que se les escapa por la caída de las ventas y lo que no pueden obtener vía crédito. Wall Street escucha lo que llega de la Fed, buscando claves para anticipar cambios. No hubo sorpresas. Quizás lo más llamativo fue el sentido de urgencia por la espiral en el déficit. Bernanke pidió un plan "creíble" de sostenibilidad de las finanzas públicas.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, reiteró su compromiso con la disciplina fiscal a largo plazo. Pero dijo que si antes no se crece ni se crea empleo, "no se podrá empezar a restaurar la responsabilidad fiscal".
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