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La paz social se agota en la Ertzaintza

Los sindicatos recuperan las protestas en la calle nueve meses después de tomar posesión Ares - La escasez de plantilla y la falta de convenio motivan las quejas

Agentes al pie del cañón. Y no sólo en horas de servicio. Las aguas bajan revueltas en la Ertzaintza. El relevo de Javier Balza como consejero de Interior no ha bastado para apaciguar los encendidos ánimos, desde hace años, de buena parte de la plantilla de la policía vasca. Apenas nueve meses de cortesía le han concedido los sindicatos al nuevo titular de la cartera, Rodolfo Ares, antes de echarse nuevamente a la calle en defensa de sus reivindicaciones. Las centrales Erne, ELA y CC OO se quejan por igual, y eso que reconocen a Ares un talante y un esfuerzo por dialogar que no veían en su antecesor en el cargo.

Sabía Ares al asumir la cartera de Interior que mantener buenas relaciones con los sindicatos de la Ertzaintza iba a resultar fundamental. Quizá por ello fichó como uno de sus tres viceconsejeros al hasta entonces portavoz y abogado de la central independiente y mayoritaria Erne, Ernesto Martínez de la Hidalga. Fue un intento por reconducir el alejamiento previo cuyo efecto se ha esfumado en poco tiempo. Erne no ha dudado en abanderar de nuevo unas protestas a las que han sumado sus fuerzas ELA, con más ahínco tras el cambio de Gobierno, e incluso Comisiones Obreras.

"Complacientes sí, pero el tiempo ha expirado", advierten las centrales
Interior atribuye las quejas a la cercanía de las elecciones sindicales

La escasez de plantilla se perfila como causa principal de la saturación del cuerpo y del malestar en el que degenera. Pese a que el Ejecutivo se ha marcado como "primer objetivo" mantener una plantilla real de 8.000 agentes con promociones cada año para suplir las bajas, la oferta resulta insuficiente para los sindicatos, que cifran las necesidades entre 8.500 y 10.000 ertzainas. "Cada vez hay más delitos y menos detenciones", asegura un portavoz de Erne, que achaca la situación a la necesidad de dedicar policías para atender las crecientes labores administrativas que exigen los criterios de calidad y las misiones de seguridad.

La nueva División Antiterrorista, icono del Ejecutivo socialista, también ha sacado de las calles a varios centenares de agentes. "Y no todo es ETA", recuerda CCOO, que muestra su escepticismo sobre la capacidad operativa en materia de Seguridad Ciudadana. "Los policías municipales cogen a más delincuentes", se indigna esta central. La escasez de plantilla se traduce en un aumento de las horas extras, una "explotación" propia del "más rancio de los empresarios", a juicio de ELA.

El otro gran foco que aviva la llama del desasosiego sindical es la prórroga continuada de un convenio que expiró ya en 2007. El debate para su actualización, aunque reanudado con nuevas expectativas tras la llegada de Ares a la cartera, se bloqueó el pasado mes en la segunda reunión sobre la materia, cuando los sindicatos se levantaron de la mesa de negociación ante la "intransigencia" mostrada hacia sus demandas. Veinte millones de euros alejan la oferta de Interior de la que plantean las preincipales centrales de la Ertzaintza, según un cálculo realizado por el propio consejero.

Pero hay más. El "decretazo" que eliminó sin negociar los complementos de la jubilación anticipada, la "imposición" de calendarios laborales o la modificación de la Relación de Puestos de Trabajo, en la que se incluyen nuevas jefaturas, han colmado el vaso de la paciencia de las centrales. "Hemos sido complacientes hasta ahora, pero el tiempo ha expirado", advierten los sindicatos.

El contrapeso en la balanza lo pone un Ejecutivo convencido de que todos los problemas son "heredados". En su defensa cita sus apenas nueve meses de mandato en que se han alcanzado no pocos logros. La desarticulación de un comando de ETA siete años después, la lucha contra el enaltecimiento del terrorismo en las calles, el acuerdo para la presencia de la Ertzaintza en la comisaría de Hendaya (Francia) o la jubilación anticipada de los agentes son algunos de ellos.

Interior añade el convenio con el Gobierno central en materia de tráfico, la negociación para renovar el vestuario laboral o la introducción de la ikurriña homologada en los uniformes y vehículos de la policía vasca. Cuestiones "secundarias", sin embargo, para los representantes de la plantilla. La consejería tiene clara su respuesta: "Estamos en año de elecciones sindicales".

Debate parlamentario

A tal punto llega la polémica en torno a la Ertzaintza que no sólo los sindicatos se han servido de ella en defensa de sus reivindicaciones. El debate ha llegado al Parlamento, donde el consejero Rodolfo Ares se ha visto obligado a intervenir varias veces para aclarar la situación por la que atraviesa el cuerpo.

A comienzos de año, el popular Carlos Urquijo llevó a la Cámara la ruptura del nuevo convenio. El viernes pasado, a preguntas del PNV, el consejero tuvo que informar sobre el nuevo organigrama de la plantilla y el alto índice de absentismo que soporta (un 12%), así como realizar un balance de actuaciones.

El seguimiento político de la cuestión continuará mañana, cuando Ares comparecerá de nuevo ante la Comisión de Interior para debatir sobre la necesidad de aumentar la plantilla de la Ertzaintza ante el repunte de la delincuencia. Por esta cuestión se han interesado PNV y EA, pero ha sido el PP el que la ha convertido en proposición no de ley.

La formación popular, socio preferente del Ejecutivo, aboga en su propuesta por "incrementar el actual techo de agentes cifrado en 8.000". A falta de su debate, Ares ha dejado claro ya que antepone la solución del absentismo a ampliar las plazas.

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