Europa se resiste a calcar la reforma financiera de Obama
Bruselas argumenta que la banca es diferente a la de EE UU
Los ministros de Economía de los Veintisiete analizaron ayer las propuestas impulsadas por el presidente de EE UU, Barack Obama, el pasado enero que persiguen limitar el tamaño de las entidades financieras y prohibir determinadas operaciones comerciando con recursos ajenos para beneficio propio y que suponen serios riesgos para la entidad.
El comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, dijo que "era muy importante que a cada parte del Atlántico exista la misma voluntad de ir adelante en la aplicación de las reformas siguiendo la hoja de ruta del G-20". Barnier subrayó las importantes diferencias que a su juicio existen entre el sistema financiero de EE UU y el de Europa. "No tenemos", dijo, "las mismas estructuras de sistemas bancarios". En su opinión "en el continente europeo hay más problemas relacionados con la interconexión de los bancos que en el ámbito de la actividad o del tamaño".
La elección de Constancio abre la puerta a Weber en la presidencia del BCE
El comisario se mostró dispuesto a examinar las iniciativas de Obama, inspiradas en las ideas de su asesor Paul Volcker, antiguo presidente de la Reserva Federal, pero señaló que "no creo que se pueda, sin tomar precauciones o examinar las cosas muy de cerca, trasponer o duplicar las ideas o proyectos de reforma indicados por el presidente Obama en el continente europeo". Barnier anunció que visitaría próximamente EE UU para discutir esta materia con los responsables económicos de la Administración estadounidense.
Para la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, las iniciativas del Gobierno de Washington, así como otras elaboradas por el Comité de Basilea, el Foro de Estabilidad Financiera y el G-20 serán todas examinadas en Madrid el próximo abril en el marco de un consejo informal de los ministros de Economía.
Salgado señaló que entonces será el momento "de evaluar los pros y los contras de cada una de ellas y de ver si alguna de ellas es útil para garantizar la estabilidad de nuestro sistema financiero y para proteger los intereses de los contribuyentes".
Los ministros de Economía ratificaron la propuesta del día del anterior efectuada por el Eurogrupo y acordaron proponer al Consejo el nombramiento del gobernador del banco central de Portugal, Víctor Constancio, antiguo dirigente socialista, como vicepresidente del BCE. El presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, manifestó que el candidato de su país estaba tan capacitado como Constancio del que se declaró amigo. Juncker precisó que en "la elección del vicepresidente se había tenido en mente otra elección", refiriéndose a la elección del presidente del BCE, que recaerá muy probablemente en Axel Weber, de la línea conservadora. Siguiendo así la tónica de equipos equilibrados. Si el presidente es un halcón el vicepresidente, una paloma o viceversa.
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