Bilbao y Olano se pelean en el Consejo de Finanzas por el ajuste de impuestos
Vizcaya se negó a pagar 15,8 millones por el impuesto eliminado de Patrimonio
El Consejo Vasco de Finanzas (CVF), órgano en el que se sientan el Gobierno y las tres diputaciones, fue el escenario ayer de un duro enfrentamiento entre las instituciones forales de Vizcaya y de Guipúzcoa por culpa de 15,8 millones que José Luis Bilbao se negó en redondo a pagar en concepto de un impuesto, el de Patrimonio, que ya eliminó en 2009.
La discusión que en años anteriores no hubiera durado ni cinco minutos, cuando las recaudaciones de impuestos iban por encima de las previsiones, ayer estuvo a punto de provocar un sonoro desacuerdo. Las instituciones se reunieron a las 12 horas con la previsión de explicar los acuerdos a las 13.30, y se levantaron a las 16.30 gracias a que el Gobierno vasco y, finalmente, la Diputación de Guipúzcoa, devolvieron parte de lo recaudado a Vizcaya, a través del Fondo de Compensación. Una maniobra "política" como reconoció el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, para evitar que Vizcaya tuviera que rascarse el bolsillo junto a Álava, y, además de no recaudar por el impuesto de Patrimonio, acabar pagando por ello.
Aguirre califica de "perverso" el efecto de la desarmonización
La recaudación del Impuesto de Sociedades cayó un 27,2% en 2009
No era la primera vez que las dos instituciones presididas por el PNV se atascaban en una discusión monetaria. También sucedió con el IVA asociado a los hidrocarburos a la hora de diseñar las compensaciones por el desequilibrio en los puntos de recaudación de ese impuesto especial. Pero cuando hay poco para repartir, la pelea por un euro se convierte en cuestión esencial y ayer nadie estaba dispuesto a arrojar la toalla. Y la situación no es buena. En 2009, las Diputaciones forales recaudaron un 15,9% menos que en 2008, una caída menor de la prevista -inicialmente iba a ser del 19,1%- pero muy fuerte y que, de entrada, reduce la capacidad de gasto, además de incrementar el endeudamiento, de los tres niveles administrativos, Gobierno, Diputaciones y Ayuntamientos.
El enfrentamiento surgió a la hora de hacer el cierre de la recaudación de 2009, al computar los ingresos del Impuesto de Patrimonio que sólo cobró en 2009 la Diputación de Guipúzcoa, ya que Vizcaya y Álava lo habían eliminado. El sistema de aportaciones establece que el 70% de lo recaudado por las tres instituciones forales por cada impuesto vaya al Gobierno para financiar su presupuesto. Pero también establece cómo se construye ese 70% y fija que el 50% de ese 70% lo aporte Vizcaya, el 33% Guipúzcoa y el 17% restante, Álava.
El hecho de que las Diputaciones de Vizcaya y de Álava hubieran eliminado ese impuesto en 2009 no les exime del pago, un hecho que puso en pie de guerra a los técnicos y diputado general de Vizcaya. Y es que la desarmonización fiscal en el impuesto de Patrimonio le iba a costar a José Luis Bilbao 15,8 millones. Explicado con las cifras reales, la Diputación de Guipúzcoa recaudó 45,1 millones por el impuesto de Patrimonio en 2009. Al no haber más ingresos por ese concepto en las otras provincias, esos 45,1 millones representan el 100% de lo recaudado. La ley de Aportaciones dice que el 70% de ese dinero se va al Gobierno, pero también establece obligaciones a las tres Diputaciones, al fijar que el 50% de ese 70% lo aporta Vizcaya, el 33% Guipúzcoa y el restante 17% Álava. No hay ninguna previsión para el caso de que alguna de las instituciones forales, o dos de ellas como es el caso, no hubiera recaudado nada.
Es decir, la Ley de Aportaciones, el pulmón de las finanzas públicas vascas que regula el flujo económico entre las instituciones forales y comunes, no es demasiado compatible con las eventuales desarmonizaciones fiscales que se pueden producir entre quienes tienen capacidad exclusiva para legislar en los principales impuestos directos. "La desarmonización en este caso en Patrimonio ha generado un efecto perverso, una descompensación entre recaudación y aportación que afectaba sobre todo a Vizcaya", describió el alavés Xabier Aguirre.
Al final, serán Gobierno y Diputación de Guipúzcoa quienes aportarán la cantidad de 15,8 millones que tenía que ingresar la institución que dirige José Luis Bilbao. Los diputados generales de los dos territorios afectados se mostraron finalmente satisfechos con un acuerdo que deja el sistema "a cero", sin costes para quienes no recaudaron, y con una posibilidad de que el Gobierno sea sensible a la flexibilidad de Olano con algún tipo de compensación, aunque no se cerró ningún compromiso concreto, en el plan anticrisis que ayer mismo presentó la Diputación de Guipúzcoa al propio lehendakari Patxi López.
Al cierre del pasado año, las Haciendas vascas recaudaron 10.792 millones de euros, el 15,9% menos que en 2008, arrastrado sobre todo por el Impuesto de Sociedades, que cayó un 27,2%, del IRPF que bajó un 12,1% y del IVA que se desplomó un 17,3%. Por territorios, el mayor descenso en la recaudación se produjo en Guipúzcoa con una caída del 17%, seguida de Vizcaya con un 15,8% y, finalmente, Álava con una pérdida del 14%.
El Consejo Vasco de Finanzas analizó también el grado de cumplimiento de diversos planes de inversiones y amplió el fondo para proyectos estratégicos al pasar de 226 millones a los 253 finales.
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