Los vendedores de prensa denuncian una oleada de robos

Justo cuando robaban en un quiosco de Villaverde. Así fueron detenidas ayer seis personas, de entre 19 y 22 años, que estaban asaltando un puesto de venta de prensa en la calle de Eduardo Maristany, junto a la Gran Vía de Villaverde, según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los vendedores de prensa habían protestado últimamente por la oleada de robos que estaban sufriendo por parte de una banda especializada desde que comenzó el año.

La detención se produjo a las 2.15 de la madrugada de ayer, cuando la sala del 091 recibió una llamada que alertaba de que había un grupo de personas intentando robar un quiosco de prensa en la citada calle. Al lugar acudieron varias patrullas del servicio de noche de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, cuyos agentes se denominan centauros. También colaboró el Grupo de Atención al Ciudadano (GAC). Los policías detuvieron a los seis supuestos ladrones cuando estaban forzando la puerta de acceso al quiosco con una barra de hierro. Llevaban guantes para no dejar huellas y así no ser descubiertos, según fuentes policiales. Aunque intentaron huir, no lo lograron.

De los seis detenidos, tres ya habían sido arrestados por la policía acusados de robos con fuerza en las cosas. Ayer se encontraban en la comisaría de Usera-Villaverde.

Robos desde enero

El presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de Madrid (AVPM), Enrique Fernández Marqués, destacó que desde comenzó el año el sector ha sufrido 25 robos en quioscos. El primero se produjo la noche del 6 al 7 de enero. En principio, creen que se trata de una banda que está especializada en los nuevos puntos de venta que están siendo instalados en la ciudad. Actúan rompiendo un émbolo que cierra las dos puertas del quiosco. "Lo más seguro es que alguien les haya explicado cómo se abre, porque no resulta nada fácil. Hay que hacer mucha fuerza", explicó el presidente de la AVPM.

El montante de lo sustraído suele variar entre los 1.000 y los 1.500 euros. Se llevan el dinero en efectivo, además de otros objetos susceptibles de ser vendidos, como billetes de lotería, bonobuses y algunas cajetillas de tabaco. En el caso más grave, el botín ha superado los 3.000 euros. Desde hacía unos 12 años, el sector no sufría robos.