La Guardia Civil busca a un imán por abusar de cinco niñas
La Guardia Civil busca por toda España a un marroquí, A. B., de 47 años, imán de la mezquita más activa de la Región de Murcia, la de la población cartagenera de El Algar. Se le acusa de haber abusado sexualmente de cinco niñas a las que impartía clases de religión y Corán en este centro desde hacía tres meses.
La comunidad islámica de la zona está desolada. La figura del imán "está para mantener los valores morales de nuestra religión y no para lo contrario", dice el secretario de la Unión de Comunidades Islámicas de España en Murcia, Mohamed Reda el Qady. "Estamos indignados, como cualquier musulmán, cristiano y ser humano, por lo ocurrido en El Algar".
Las presuntas víctimas de los abusos son cinco niñas de 8 a 11 años. El viernes contaron a sus padres lo que ocurría cada vez que acudían a la mezquita. Durante las clases, el guía religioso las metía individualmente en uno de los dos despachos del edificio y allí, lejos de los ojos del resto de menores, supuestamente practicó tocamientos.
Los padres de las víctimas denunciaron los hechos ante la junta rectora de su comunidad, formada por un presidente y cuatro directivos. Ellos se encargaron de expulsar al imán. Casi simultáneamente comenzaron las pesquisas de la Guardia Civil, pero el presunto abusador ya había abandonado el pueblo.
Secreto de sumario
El juzgado de Cartagena que instruye el caso ha declarado el secreto del sumario y apenas han trascendido detalles. Por ejemplo, que el tribunal ha reclamado a la Dirección General del Menor de la comunidad que emita un informe en relación "al caso de un menor que presuntamente habría podido sufrir un abuso sexual". La directora general de Familia y Menor, Laura Muñoz, sí confirmó que una de las menores ya está siendo atendida por los especialistas del Proyecto Luz, un servicio de la Consejería de Política Social puesto en marcha recientemente para ayudar psicológicamente a menores a superar el trauma de los abusos.
El marroquí, ahora en busca y captura, llegó a El Algar, una pequeña población a siete kilómetros de Cartagena, el pasado septiembre. Algunas fuentes apuntan a que iba a quedarse en Murcia durante un mes, para apoyar al titular de esa mezquita durante el Ramadán, pero decidió quedarse más tiempo.
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