_
_
_
_

Una semana a 40 metros de altura

Un operario lleva desde el lunes sobre una grúa en Pozuelo para protestar contra el impago de una constructora - El sábado otro obrero se unió a la reivindicación

David Cediel, el trabajador que hace una semana se subió a una grúa en Pozuelo de Alarcón, tiene desde el sábado un compañero de protesta. Se trata de Sandy A., de origen dominicano, quien aprovechando un descuido de los agentes que custodian la grúa se ha subido al esqueleto de hierro para acompañar a su amigo, con el que trabaja desde hace más de seis años. Protestan para pedir que la empresa Ploder Uicesa pague la deuda de 150.000 euros que tiene con la constructora que les contrató. "Estoy aquí para apoyar a David, pero también para no perder mi trabajo, llevo más de 10 años empleado en Jigar, y si no le pagan el dinero que le deben iremos todos a la calle", dijo Sandy, de 33 años, que tiene esposa y dos hijos pequeños. Ploder mantiene deudas con varias de las empresas que ha subcontratado para construir un aparcamiento municipal.

David Cediel es el yerno del propietario de una de estas sociedades. "Mi mujer está embarazada. Por eso quiero que todo esto acabe y pueda estar con ella durante el parto, que se prevé para los próximos días", explica resignado, antes de continuar: "Pero voy a seguir aquí todo el tiempo que sea necesario. Mientras tenga comida no habrá problema. Hice muchas guardias y sé lo que es pasar frío durante la noche".

Ayer domingo fue un día especial. Cerca de un centenar de personas acudieron a la una de la tarde a solidarizarse con los trabajadores encaramados a la estructura de hierro. Es el caso de Antonia Naranjo: "Cada mañana me levanto y miro a la grúa. Veo a David y me imagino el frío que ha pasado durante la noche. Esto es una vergüenza para Pozuelo. Nunca se había visto una cosa parecida. Por eso de vez en cuando le llevo comida, y eso que tengo una pensión de 550 euros y mi hijo está en el paro, pero lo hago para que las horas se les hagan un poco más cortas".

Antonia Vargas y Juan Antonio Manzano también acuden todos los días a ver a los dos trabajadores: "Nosotros también tenemos un hijo en el paro y creemos que tienen que pagarles lo antes posible". Entre el grupo de personas que acuden a la concentración se encuentran también numerosos comerciantes. Uno de ellos es Tomás Toribio, que reitera que la obra tiene que acabarse: "Tenemos que ver finalizados los trabajos lo antes posible. Hemos perdido mucho dinero y no podemos seguir así".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_