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Italia da la alerta al ceder a España el mando en Líbano

El general Alberto Asarta pasa a dirigir a los 13.000 soldados de la ONU

Miguel González

La reestructuración y reducción de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL) será la primera tarea del general Alberto Asarta, que ayer tomó el mando de la misión de la ONU que vigila el alto el fuego entre Israel y la milicia chií Hezbolá. Aún no se conoce el alcance de la reducción pero algún país, como Bélgica, ha anunciado que quiere llevarse la mitad de sus soldados. La FINUL nunca alcanzó los 15.000 efectivos autorizados, pero con los 12.291 militares de 29 países desplegados al sur del río Litani debería sobrar para una extensión de algo más de 2.000 kilómetros cuadrados. Sobre todo si se mantiene la estabilidad y se consolida el Gobierno de unidad nacional con el que cuenta Líbano desde finales del año pasado.

Sin embargo, el general italiano Claudio Graziano advirtió ayer, en su discurso de despedida, de que "en ausencia de un alto el fuego permanente, será difícil mantener a largo plazo los avances conseguidos por FINUL sobre el terreno y persistirá el riesgo de que una escalada de incidentes a lo largo de la línea azul [la frontera con Israel] derive en un conflicto mayor".

Aunque Graziano no lo dijo ayer, ha denunciado repetidamente las continuas violaciones del espacio aéreo libanés, y por tanto de las resoluciones de la ONU, por parte de la aviación israelí. Israel alega que se trata de misiones de reconocimiento para vigilar el rearme de Hezbolá. Un pretexto que no parece descabellado después de que, a finales de diciembre, los soldados españoles sorprendieran un traslado de más de 200 kilos de explosivo junto a la frontera israelí. Por si la milicia chií necesitara algún argumento para no dejar las armas, la semana pasada un ministro israelí aseguró que la tercera guerra en el sur de Líbano es inevitable y sólo falta saber cómo y cuándo será.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, que acudió al relevo en el mando de FINUL acompañada por una delegación de parlamentarios, reconoció que "la paz depende de un hilo muy fino", pero se mostró confiada en el buen hacer del general Asarta e interpretó su nombramiento como un reconocimiento a la labor de los militares españoles en los 21 años que llevan en misiones de paz. Es la primera ocasión en que un general español dirige una operación de cascos azules; si se exceptúa el frustrado mandato del general Villegas en Congo en 2008. Asarta, que mandó la brigada este de la FINUL durante la guerra de Gaza, en la Navidad de 2008, ha llegado con un reducido equipo de 22 colaboradores españoles. España ha descartado aumentar los 1.100 efectivos autorizados por el Congreso para la misión en Líbano y confía en que Italia mantenga al menos unos meses los apoyos con los que contaba el general Graziano. En su primer discurso, Asarta reconoció que su objetivo último, "una paz estable y duradera en el sur de Líbano, es algo que la FINUL no puede resolver por sí sola", pero se comprometió a "contribuir a la creación de las condiciones para que sea posible".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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