Nuevos aires en Palermo Viejo

La Reina del Plata, como suele llamarse a la capital de Argentina, es para la mayoría de los turistas una ciudad de aterrizaje. Conocen Puerto Madero, pasan unos días comiendo carne, escuchando tango, yendo a centros comerciales. A veces navegan por el delta del río Tigre. Luego suben a otro avión que los deja en la Patagonia o en las cataratas del Iguazú y fin de la historia. Pero desde hace unos años este esquema está cambiando, ya que, a pesar de las sucesivas crisis económicas, han surgido dos islas de modernidad para quienes se interesan por el diseño y la moda o sencillamente quieren huir de los tópicos.

Bohemia bonaerense

De calles arboladas, Palermo Viejo, barrio donde Julio Cortázar sitúa por lo menos tres relatos inquietantes y llenos de humor de sus Historias de cronopios y famas, está a unos 20 minutos en coche del centro. A diferencia de zonas nuevas como Puerto Madero, su gracia reside en haber sabido aprovechar lo que había. Según el arquitecto y diseñador del estudio Net Alejandro Sticotti, uno de los primeros en instalarse en la zona, 15 años atrás todavía era considerado un barrio al margen de todo y hasta de cierta peligrosidad. Pero fue precisamente esa situación la que permitió a los más creativos producir algo singular.

Las mismas tiendas son casas transformadas en comercios, de modo que el visitante tiene la doble oportunidad de ver lo que ofrecen y conocer por dentro un tipo de viviendas típicas de Buenos Aires, con sus patios interiores y una estructura en pasillo, generalmente arregladas con imaginación, a las que de otro modo no tendría acceso. Un fenómeno reciente son los llamados hoteles boutique, establecimientos de pocas habitaciones que siguen este mismo esquema de casa reformada, hechos en antiguas viviendas unifamiliares, con una atención personalizada y con zonas de encuentro imposibles de predecir desde la calle, como terrazas en la última planta o jardines interiores.

Para recorrer bien la zona conviene echar mano de unos planos especializados de la firma Mapas de Buenos Aires (www.mapasbsas.com) en los que se detallan lugares de compras y restauración. Hay muchas tiendas de moda para mujer, hombre y niños que merece la pena ver, como Cora Groppo (www.coragroppo.com) o Nadine Zlotogora (www.nadinezlotogora.com). También de complementos, entre los que destacan los zapatos de Mishka (www.mishkashoes.com) o Sylvie Geronimi (www.sylviegeronimi.com.ar), quien los hace a la medida. La joyería contemporánea, de larga tradición en Argentina, está representada, entre otras, por Gabriela Horvat (www.gabrielahorvat.com). Si les gusta la lencería sexy y refinada, no dejen de conocer Burdel (www.burdelsite.com), ya que la misma tienda merece una visita, con su patio interior y ciertos toques que recuerdan a la película Eyes wide shut, de Kubrick.

Para la casa hay buen diseño de muebles en Net (www.netmuebles.com.ar), textiles contemporáneos como los de Graciela Churba (www.gracielachurba.com.ar), y papeles pintados, vajillas y telas a juego en Pic Nic. Hay una buena oferta de muebles vintage de los años cincuenta, por ejemplo en la tienda 70's (Niceto Vega 6040), además de los diseños escandinavos que, según Alexis Jankielewicz, de la tienda especializada Ohmio (www.ohmiogallery.com), fueron creados por firmas nórdicas instaladas en Argentina y fabricados por artesanos locales hasta la década de los sesenta.

Las mantas y los muebles típicos del país, que encajan bien con la decoración contemporánea, pueden verse en Elementos Argentinos (www.elementosargentinos.com.ar), y en Arte Étnico (www.arteetnicoargentino.com), que también merece una visita.

Para conocer la producción local de vinos, un buen lugar es la vinoteca de Joaquín Alberdi (www.lodejoaquinalberdi.com.ar). Tiene una sala de cata y una cuidada selección que servirá para entrar en materia.

El Bar 6 (www.barseis.com) es una buena opción para relajarse, charlar, consultar Internet o tomar algo, ya que se trata de un local enorme e intimista a la vez. Aunque para comer, Social Paraíso (www.socialparaiso.com.ar) es, a estas alturas, un clásico de la zona al que se vuelve. Acogedor, con su personal versión de lo que denominan cocina porteña, una síntesis de platos argentinos con influencia francesa e italiana.

Con un estilo diferente, el Olsen (Olsen Gorriti 5870) ofrece brunches los domingos por la mañana, y con esa capacidad de sorprender que tiene Buenos Aires tiene una decoración totalmente nórdica, se especializa en cocina noruega y además ofrece una amplia carta de vodkas. No se lo pierdan.

Por último, los que quieran llevarse algo aprendido y no puesto, pueden tomar clases de tango en la misma zona en lugares como el TangoLab (www.tangolab.com.ar) o Soho Tango (www.sohotango.blogspot.com).

El polo sur

Otra área cool está en el barrio de San Telmo, tan conocido como circuito turístico. Este barrio al sur del centro, en la zona más antigua de la ciudad y muy presente en el tango y en la literatura -esta vez, Borges-, fue abandonado por la clase alta a partir de una epidemia de fiebre amarilla ocurrida en 1870. Todavía se encuentran restos de casas de la época colonial embutidas en edificaciones nuevas y sigue habiendo patios con emparrados -ver el restaurante Antigua Tasca de Cuchilleros (www.antiguatasca.com.ar)-, zaguanes y suelos de barro de 200 años. Abandonado durante décadas, fue resurgiendo como polo turístico a partir de los años ochenta. Pero la novedad es que el tipo de oferta ya no se reduce a los anticuarios y a los comerciantes de pequeños objetos tipo mercado de pulgas de la primera etapa, sino que se dirige a un público más abierto.

La oferta de moda tiene cada vez más fuerza. Hay creadores de pret-à-porter de calidad como Pablo Ramírez (www.pabloramirez.com.ar), especializado en ropa negra para hombre y mujer, o Sanvarvas (www.sanvarvas.com); sofisticados hoteles de ambiente gay y hetero como el Axel o el Babel; una tienda especializada en cine documental como Cine Sí una librería y galería de arte latinoamericano como Asunto Impreso (www.asuntoimpreso.com); circuitos con galerías de arte como Masottatorres (www.masottatorres.com.ar ) o Wussman (www.wussmann.com), que es, además, un local espectacular que vende papelería y complementos de moda de diseño.

A unas manzanas de esta zona queda una tienda de culto que es un viaje en la máquina del tiempo: Aux Charpentiers (www.auxcharpentiers.ar.gd). Fundada por una familia francesa y en su origen especializada en ropa de trabajo para carpinteros, hoy en día vende los típicos pantalones y camisas de campo, de gran éxito entre los adictos a la moda. La oferta de los anticuarios de San Telmo es siempre interesante, especialmente cuando se trata de un estilo como el art déco. Sigue habiendo mucho y bueno, como en Duveen (www.duveen.com.ar) o en Guevara Gallery (www.guevaragallery.com.ar).