_
_
_
_
AL CIERRE
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Espejismos sobre espejismos

Edificante principio de año: salvamos negritos en Haití mientras tratamos de hacerles la vida imposible en Vic, por ejemplo. Recorremos miles de kilómetros para alardear de generosidad y desprendimiento -caridad, al viejo estilo- en la feria de la beneficicencia global, pero somos incapaces de hacer un hueco a quien acude a nosotros. ¡Ah, amigos!, ¿acaso sucede que ese subsahariano llega hasta aquí con las peores intenciones, desea sustituirnos en nuestro trabajo y expulsarnos, al fin, de nuestro bienestar privilegiado? Pues claro, es obvio. ¿Por qué ellos no y nosotros sí?, deben de preguntarse. Es largo de explicar, desde luego. Mejor huir a Haití: allí somos los buenos y aquí tenemos la autoestima por los suelos. Edificante espejismo.

"Europa es vista como un espléndido campo de golf por los pobres del mundo", decía Helmut Schimdt. A Italia llegaban entonces barcos con miles de albaneses que creían que vivíamos como los potentados de Texas que muestran las series de televisión americanas. Quienes buscaban ese paraíso inexistente están ahora en nuestra puerta, aquí mismo. ¡Qué miedo! Hay que reconocer que esto no es aquel paraíso y que, por el contrario, nuestros garbanzos escasean.

Vaya derrumbe de expectativas creadas a conciencia: ni tenemos tanto ni estamos dispuestos -por lo que vemos- a compartirlo así como así. Como colofón, sólo catástrofes insoportables como la de Haití permiten reconciliar a los autosatisfechos europeos y norteamericanos con su estatus de superioridad: nos va el papel de salvadores. Y quizá por ello disputan estúpidamente franceses y estadounidenses. Los superhéroes de las catástrofes triunfan en la realidad mediática, ¿no es eso, a fin de cuentas, lo que importa?

Pero los foros de Internet y, acaso por contagio, los medios más clásicos afanosos por modernizarse son de una crueldad pasmosa: viven en un tiempo zapping y en un espacio que es un espejismo donde todas las expectativas nacen y mueren sin tregua. Ni siquiera el gran Obama ha resultado indemne al fluir de esa diabólica velocidad de espejismos y verdades, sin distinción. Suma y sigue.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_