Canciones con acento haitiano

"Lo de hoy supone sólo el primer paso. Ahora debemos organizar conciertos en los palacios de deportes de todas las provincias españolas". La idea la desarrolla el cantante de M-Clan, Carlos Tarque, y por el fulgor de sus ojos queda claro que no son palabras de mero compromiso. Tarque protagonizó anoche un inédito trío con Josu y Rubia en el multitudinario concierto (hasta 15 artistas convocados en una semana escasa) que albergaba la sala El Sol para recaudar fondos con destino a Haití. Como él, otros grandes de la escena madrileña -Vetusta Morla, Amaral, Paul Collins, Remate, Cohete, Nacho Vegas, Zoo, TresTrece, Víctor Coyote y un generoso etcétera- desplegaron acordes y emociones en una movilización como no se recordaba en el gremio de la música popular.

Intermón Oxfam recaudó una cantidad estimable, más de 3.000 euros

El embrión de la iniciativa no podía resultar más terrible, pero la velada reunía argumentos musicales excepcionales. Tarque y sus aliados prepararon una impagable colección de versiones, "todas impregnadas de un cierto espíritu Woodstock": Crosby, Stills & Nash, Beatles, Jackson Browne y Van Morrison. "Este terremoto debe sacudirnos a todos, provocar una oleada solidaria sin precedentes en todo el mundo, si es que aún queda algo de esencia en nuestros corazones". Algún atisbo de emoción pervive, sí, en este mundo traicionero; al menos, a juzgar por preciosidades como la lectura que Eva Amaral y Juan Aguirre ofrecieron de The only living boy in New York, de Paul Simon.

Remate, madrileño barbudo, lúcido y singular de 35 años, lo tenía muy claro. "Es un hecho demostrado en la historia de la humanidad: las canciones son artefactos que agitan conciencias y golpean estómagos", razonaba. Él entregó algunas del que será su nuevo disco, Superluv, por primera vez en castellano. "Cuando vi las primeras imágenes de Haití", agregó, "pensé en que la vida es cuestión de suerte o mala suerte. Y esa gente tiene muy mala suerte".

Nadie escatimó esfuerzos para que Intermón Oxfam recaudara una cantidad estimable (más de 3.000 euros). Pagó su entrada todo hijo de vecino, hasta Marcela San Martín, jefa de la sala. Presentó el locutor Jesús Ordovás, aún emocionado por "la lucha denodada por la supervivencia" que encarnan esos últimos chiquillos rescatados con vida entre los escombros.

Y Paul Collins apuró para ofrecer cuatro temas a pesar de que poco después tocaba en Gruta 77. Por supuesto, nadie percibió un céntimo.

Tampoco Sonia Gómez, una administrativa en paro que emitió la velada en directo y ha creado un canal específico en YouTube, Músicos por Haití, donde irá subiendo todas las interpretaciones, que se extendieron hasta las dos de la madrugada. "Los vídeos no tienen una calidad extraordinaria, pero sí mucho encanto", adelantó. Como el de Jesse Dee, sensacional cantante de soul bostoniano que ayer pisaba por vez primera Madrid y también se sumó al cartel. "Lo de Haití figura entre los episodios más aterradores que han sucedido en mis 29 años de vida", reconocía, compungido, apurando un té en un bar cercano. "Es una tragedia difícil de concebir o poner en palabras, así que sólo puedo dedicarles mis canciones".