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Sindicatos y CEOE piden al Gobierno que retrase su propuesta laboral

Los agentes sociales creen que las medidas que Zapatero preveía anunciar en el Consejo de Ministros de mañana pueden interferir en la negociación salarial

Lucía Abellán

Seis meses después de la ruptura del diálogo social, los agentes sociales aún no están preparados para una nueva ronda. Sindicatos y empresarios trasladaron ayer al Gobierno la sorprendente petición de que retrase la negociación laboral que vienen demandando insistentemente. El motivo es que no han concluido las conversaciones bilaterales que mantienen desde final de 2009 para alcanzar un pacto de salarios y que esperan concluir la primera quincena de febrero. Hasta entonces, le piden al Ejecutivo "que sea respetuoso", en palabras del secretario general de CEOE, José María Lacasa.

Como primera consecuencia, esta iniciativa trastoca los planes del Consejo de Ministros de mañana, que tenía previsto estudiar un documento largamente anunciado por el presidente del Gobierno: las líneas maestras de la reforma laboral en ciernes. Con cierto aturdimiento, el mediador del Ejecutivo para el diálogo social, Alfonso Morón, anunció ayer esa petición de demora y prometió una respuesta rápida a los agentes sociales. "El Gobierno tiene sus urgencias", se adelantó a señalar ante la perspectiva de que Zapatero rehúse cambiar la agenda del Consejo de Ministros. El anuncio se produjo después de la primera reunión oficial para reanudar el diálogo social, que se celebró ayer en el Ministerio de Trabajo.

Los agentes sociales quieren un aplazamiento de dos o tres semanas

Retrasar el arranque de las reuniones tripartitas hasta la segunda mitad de febrero pone en apuros el calendario que marcó el presidente a final de año, cuando abogó por alcanzar laborales en el primer trimestre del año. Morón no quiso adelantar si el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, presente en la reunión, es partidario de satisfacer la petición de los agentes sociales.

"Es como jugar un partido y cambiar el reglamento al mismo tiempo", resumió el número dos de UGT, Toni Ferrer, tras la reunión. Su homólogo en CC OO, Ramón Górriz, abundó: "Zapatero tiene derecho a anunciar lo que quiera, pero consideramos que es mejor conocer primero sus propuestas" antes de hacerlas públicas. Es la primera vez en mucho tiempo que sindicatos y patronal se ponen de acuerdo en una negociación; paradójicamente, el pacto sirve para pedir un aplazamiento.

Conscientes de que esta iniciativa choca con la insistencia -especialmente de la patronal- en pedir cambios laborales, José María Lacasa quiso minimizar las consecuencias: "Por esperar 10 o 15 días más tampoco hay que hacer un drama". Ése es el tiempo que los agentes sociales aprovecharán para rubricar un acuerdo de negociación colectiva para 2010 -y previsiblemente para años venideros-, que sirva de guía al pactar convenios.

Más allá de pedir un aplazamiento cercano a un mes en el diálogo social, la reunión de ayer sirvió para constatar las deficiencias del modelo de diálogo social ensayado desde julio de 2008. El representante de CEOE se mostró partidario de "un planteamiento en serio para hacerlo más ágil", pues consta de 23 mesas en las que se debaten los más diversos asuntos. La duda estriba en si todos estos cambios llegarán a tiempo de amortiguar un revés económico que todos dicen querer superar aunque el ritmo de la negociación no acompañe.

Para que ambas partes concluyan la negociación bipartita sobre los convenios colectivos de los próximos años tienen que ponerse de acuerdo sobre las revisiones salariales. Los sindicatos han propuesto un aumento que podría oscilar entre el 1% y el 2% en 2010, aunque se han mostrado dispuestos a negociar. La patronal no ha hecho una propuesta concreta, pero el presidente de su Comisión de Política Económica, José Luis Feito, rechazó el martes subidas salariales por encima de la inflación.

Celestino Corbacho (izquierda) conversa con José Luis Villar, director general de Trabajo, Toni Ferrer, UGT, y Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social.
Celestino Corbacho (izquierda) conversa con José Luis Villar, director general de Trabajo, Toni Ferrer, UGT, y Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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