Valcárcel advierte que se rebelará si se cercena el trasvase Tajo-Segura
El presidente murciano reafirma con Camps la oposición al Estatuto manchego
El PP intentó ayer responsabilizar al Gobierno central de la guerra del agua que enfrenta a Castilla-La Mancha con la Comunidad Valenciana y Murcia por el futuro del trasvase Tajo-Segura. Sin embargo, las tensiones internas que ha desatado la reforma del Estatuto castellano-manchego afectan tanto al PP como al PSOE, y siguen sin resolverse.
El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel (PP), advirtió ayer que los diputados del PP de su región "nunca" votarán en el Congreso algo que perjudique los intereses murcianos. Valcárcel, que el pasado lunes se reunió en Madrid con Mariano Rajoy para intentar desbloquear un conflicto que tiene atascada la tramitación del Estatuto de Castilla-La Mancha en el Congreso de los Diputados, advirtió ayer que si se aprueba cualquier disposición que haga inviable el trasvase recurrirá ante el Constitucional.
El presidente de Murcia se reunió en Valencia con el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa, Rita Barberá, ambos del PP, para mostrar que el bloque contrario a que Castilla-La Mancha blinde las aguas del Tajo se mantiene firme.
Camps, cuyo liderazgo se ha visto fuertemente erosionado por el caso Gürtel, evitó pronunciarse al ser interpelado sobre si los diputados y senadores del PP valenciano votarán a favor de un Estatuto castellano-manchego que limite los trasvases del Tajo al Segura. "No queremos perdernos en cuestiones hipotéticas que sólo benefician a quien ha mantenido la crispación en materia de política hídrica", dijo en referencia al Gobierno. Fuentes de la Generalitat justificaron la ausencia de Camps en la entrevista del lunes entre Rajoy con Valcárcel, porque el presidente valenciano ya se reunió con el líder del PP la semana pasada.
Camps y Valcárcel responsabilizaron al presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, de un conflicto que ha dividido tanto a populares como a socialistas.
Ambos pidieron que sea Zapatero quien resuelva este asunto. "Es una cuestión de Estado", dijo Camps. "Rajoy no preside el Gobierno y Cospedal no es la presidenta de Castilla-La Mancha", remachó Valcárcel.
Tanto los socialistas valencianos como los murcianos acusaron a Camps y Valcárcel de preparar la escenografía para vender su renuncia a defender el trasvase.
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda (PSOE), advirtió a Camps y Valcárcel que no aceptará "ser menos que los demás" y reclamó su derecho a hablar de agua en el Estatuto igual que aragoneses, andaluces y valencianos.
Cospedal se movió en la ambigüedad: "El PP va a defender siempre un Plan Hidrológico Nacional, el principio de preferencia de la cuenca cedente sobre la cuenca cesionaria, y de cauces sostenibles medioambientalmente más allá de defensas concretas que cada uno haga en defensa de los derechos de los ciudadanos de una región".
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