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El apagón analógico deja sin televisión a 2.000 vecinos de la comarca de Verín

La Xunta se compromete a subvencionar la instalación de parabólicas

El apagón analógico sumió ayer en la oscuridad televisiva, según las previsiones, a unos 2.000 orensanos del rural en la comarca de Verín, casi todos jubilados. Los vecinos de algunos pequeños pueblos del sureste de la provincia, pioneros en abandonar el sistema de televisión con el que han convivido toda la vida, presionaban una y otra vez el mando a distancia en espera de una señal que no llegaba. En el centro del salón, flamantes televisores de pantalla plana con el decodificador de la TDT (Televisión Digital Terrestre) incorporado, regalo "de los hijos". Pero, el que más, conseguía ver una imagen descompuesta en mil cuadrados. Un contratiempo, porque todos dicen que no tienen mucho más que hacer que "ver la tele".

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La pequeña aldea de Vilar, en Castrelo do Val, es zona de sombra. Los vecinos sostienen que pagaron entre todos hace unos años 6.000 euros para un poste repetidor que les permitiera ver la analógica en condiciones. Ayer, tras el apagón analógico, sus nuevos televisores con TDT se quedaron a oscuras. El alcalde del municipio, Vicente Gómez, echaba cuentas de lo que les costaría volver a ver la tele: "300 euros del receptor del satélite por el televisor principal, más 150 euros por cada uno a mayores que tengan en casa y, además, el desplazamiento que les cobrará el instalador oficial de la parabólica designado por la Xunta". En Ourense, el Gobierno gallego autorizó a nueve técnicos y el más cercano a la comarca de Verín está en Allariz.

Gómez, el regidor de Castrelo do Val, y el de Vilardevós, José Luis Pérez, ambos socialistas, llamaron la semana pasada a instaladores autorizados de Ourense y Allariz. Algunos les comunicaron que no podrían ir "nunca". Los que están dispuestos a hacerlo, "no quedarán libres al menos hasta febrero o marzo". Los regidores de estos dos municipios se preguntan por qué la Xunta designó "a nueve y no a 90 instaladores" y por qué no destinó ninguno en la comarca verinense ni en la de Viana do Bolo "declaradas problemáticas" para la recepción.

Pero Gómez consiguió el compromiso del secretario general de Medios de la Xunta, Alfonso Cabaleiro, de que "enviará a un técnico esta semana" y de que "subvencionará la instalación" de las parabólicas. La buena noticia llegó por la tarde. El ingeniero que le envió la Xunta detectó que había señal suficiente en Vilar y que bastaría con instalar un microrrepetidor en el poste ya existente de la analógica (30.000 euros, en lugar de los 100.000 del nuevo repetidor).

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En algunos núcleos en los que se preveía oscuridad total, como Portocamba en Castrelo do Val o Arzúa en Vilardevós, los televisores funcionaron sin problema, para sorpresa del vecindario. En otros se "mantuvo la señal analógica", sostiene el alcalde de Castrelo do Val.

Los alcaldes temen ahora los costes derivados de la nueva señal televisiva. Han comenzado a recibir una propuesta de convenio, remitida por la Secretaría Xeral de Medios, para hacer frente de forma conjunta a los gastos derivados de los emisores y a los de la instalación, equipamiento y mantenimiento de los equipos de TDT de cada municipio. El ayuntamiento quedaría obligado a asumir el coste del soporte y las infraestructuras. El de Vilardevós ya avanza que no lo firmará.

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