Mortadelo Smith

Gaspar Llamazares es un tipo duro. Dedicar ocho años de tu vida a la heroica misión de coordinar Izquierda Unida (IU), enfrentarse a un electorado huidizo, esquivar los mandobles de tanto y tanto compañero del alma, compañero, son tareas que requieren temple y fortaleza psíquica. Pero el Departamento de Estado de Hillary Clinton ha superado el listón de agresiones al distribuir en una web oficial un retrato robot de cómo podría envejecer Osama Bin Laden utilizando para ello la poblada y canosa cabellera del portavoz de IU en el Congreso.

Cuesta creer que se haya llegado a este disparate por parte, ni más ni menos, que del Federal Bureau of Investigation, el mítico FBI. Según ha explicado el Departamento de Estado, el error se produjo porque "un técnico utilizó un procedimiento no autorizado para elaborar el retrato robot, como fue buscar imágenes en Internet". ¿Es posible que un organismo clave en la lucha mundial contra la lacra del terrorismo en el siglo XXI pueda hacer semejante chapuza?

Pero además, ¿puede darse el caso de que los 13.000 agentes o 18.000 empleados que trabajan para la firma hagan los retratos del hombre más buscado del planeta, ese que debe estar en el punto de mira del director y altísimos cargos de la compañía, tanto como del Departamento de Estado y del mismísimo Barack Obama, sirviéndose de retazos de Internet, como vulgares estudiantes de Secundaria de Illinois? ¿De quién, entonces, será la barba, a quién le habrán robado la mirada acerada, de dónde habrán sacado las tupidas cejas? ¿Serán pizcas de George Clooney, de Sarkozy, de Messi? ¿O el FBI sólo teclea entre retratos de peligrosos izquierdistas?

Los grandes cerebros de esta organización y similares, como la CIA o cualquiera de los todopoderosos servicios de inteligencia que nos protegen, son quienes deciden hacernos a todos la vida imposible, rabiosos porque un tipo se ha mofado de sus elaboradísimos planes de seguridad mundial y logró llegar a Detroit en un avión con un explosivo sujeto a salva sea la parte. Es la misma gente, sabia y cuidadosa, que va a forzar el gasto -que alguien cobrará- de miles de millones para que nos desnuden en los aeropuertos. Mortadelo Smith siempre a su servicio.