Tabaco y libertad
En una carta al director del día 7 de enero, Eduardo Antonio Sánchez nos dice que no puede alegarse la libertad individual como razón para oponerse a la ley del tabaco porque la libertad del fumador está anulada precisamente por el hábito de fumar. Entiendo que este hábito ha sido adquirido gracias al consumo de un producto legal distribuido por una empresa con parte de su patrimonio en manos del Estado y cuyo precio está formado mayoritariamente por impuestos. Podemos argumentar, pues, que el Estado está anulando la libertad de sus ciudadanos con el añadido del robo de su dinero.Seamos consecuentes: denunciemos directamente al Estado por coacción y estaf.
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