Ser francés es un acto de fe
Amplio apoyo en Francia a prestar juramento por los valores republicanos para reforzar la identidad nacional
Cantar el himno nacional en cada uno de los partidos de primera división o prestar juramento al acceder a la nacionalidad francesa son algunas de las propuestas de los ciudadanos que han participado en el debate sobre la identidad nacional en Francia. Así lo explicó ayer el ministro de Inmigración, Eric Besson, al realizar un primer balance sobre la iniciativa, objeto de vibrantes polémicas desde su lanzamiento a principios de noviembre.
En dos meses, la página en Internet en la que los ciudadanos están invitados a librar sus consideraciones sobre lo que significa para ellos ser franceses ha recibido más de 50.000 contribuciones. Estas reflexiones serán sometidas a finales de mes al presidente, Nicolas Sarkozy, que se expresará sobre el tema a mediados de febrero y podría anunciar la puesta en marcha de las primeras medidas.
La 'web' puesta en marcha por Besson recibe en dos meses 50.000 aportaciones
Una parte de los internautas y de los ciudadanos que han participado en alguno de los más de 200 coloquios organizados a través de toda la geografía francesa proponen así que en cada partido de competición deportiva importante de primera división se tenga que tocar La Marsellesa. Algunos incluso preconizan que el hecho de silbar el himno sea castigado, un tema sensible en el país. De forma regular, en los encuentros de fútbol entre Francia y sus ex colonias el himno es silbado, principalmente por aquellos jóvenes de origen magrebí cuya integración en el país ha centrado gran parte del debate. Hace poco más de un año, la clase política se escandalizó cuando volvió a ocurrir en un amistoso entre la selección nacional y Túnez.
Muchas propuestas intentan precisamente enfrentarse a los problemas de integración tratando de asegurar la igualdad de oportunidades para todos. Entre ellas, se propone que sólo los partidos políticos que cumplan con cierto nivel de representación de personas de orígenes extranjeros y de género puedan optar a una financiación pública. Otros abogan por favorecer con becas el acceso a la alta función pública de los alumnos de los barrios desfavorecidos. También resurge la propuesta que se ha debatido en los últimos meses de prohibir el uso del burka -del que Sarkozy advirtió que "no es bienvenido en Francia"- en el conjunto de los servicios públicos, incluido el transporte, y estudiar hacerlo en las calles.
Otra medida propuesta para "revalorizar los símbolos de la República", que será sometida al presidente francés, es la de hacer participar a representantes de la sociedad civil, como miembros de las asociaciones o de los centros de ocio, en las celebraciones tradicionales del 14 de julio, día nacional. Besson ha apuntado el ejemplo de Brasil, que celebra su fiesta nacional con un desfile cívico-militar.
Pero la propuesta que más ha llamado la atención del ministro es la de solemnizar el acceso a la ciudadanía mediante una ceremonia. Es decir, que cada francés, al llegar a la mayoría de edad, así como cada extranjero nacionalizado, sea por naturalización o por contraer matrimonio con un ciudadano del país, expresaría su adhesión a los valores republicanos mediante un juramento público, "un acto de amor y de fe", según Besson. De hecho, el ministro ya había avanzado una idea similar cuando inauguró el debate nacional.
Finalmente, otra gran temática que se desprende de las contribuciones y que sintetiza este primer balance gira en torno a las formas de revalorizar los valores cívicos de la población. Para ello, las propuestas abarcan desde la puesta en marcha de ciclos de instrucción cívica abiertos a todos hasta la creación de una "jornada ciudadana", en la que cada francés dedicaría el día a una labor de interés general, sea limpiar las playas, la restauración de un monumento o alguna actividad de mantenimiento del medio ambiente.
Besson, que ha sido objetivo de las más virulentas críticas por lanzar oficialmente este debate, ha aprovechado también el balance para salir en defensa de su iniciativa. En concreto, se ha esforzado en responder a los que denuncian que el debate se ha centrado principalmente en la inmigración y, sobre todo, en el papel del islam, provocando deslices de corte racista. Durante el primer mes de consulta, el tema de la inmigración ha sido mencionado en menos de un tercio de las discusiones. Estos datos, sin embargo, no toman en cuenta los comentarios censurados, alrededor del 15%, algunos por ser xenófobos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.