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El terrorismo islamista

Los combates se extienden en Somalia

Los choques entre islamistas y milicias progubernamentales dejan 47 muertos

Los combates entre rebeldes islamistas y milicias progubernamentales han causado al menos 47 muertos y un centenar de heridos el pasado fin de semana en el centro de Somalia, según informó ayer un grupo local de defensa de los derechos humanos con presencia en la zona. Los guerrilleros de Al Shabab -una organización que pretende imponer una interpretación radical de la ley islámica y que controla gran parte del sur del país- atacaron la ciudad de Dusamareb, que perdieron en diciembre de 2008 a manos del grupo moderado y progubernamental Ahlu Sunna Waljamaca.

"Nosotros hemos contado 47 muertos y un centenar de heridos. La mayoría de las bajas ha golpeado a los combatientes, pero también hay algunos civiles. Mucha gente ha abandonado la ciudad. La cifra definitiva de muertos podría ascender al doble", comentó un responsable de la ONG Elman. Testimonios de vecinos de la ciudad, que se halla a unos 560 kilómetros al norte de Mogadiscio, confirmaron esas informaciones.

Tras perder el control de Dusamareb el sábado durante algunas horas, las fuerzas progubernamentales lograron expulsar a los milicianos de Al Shabab, organización que según Washington está vinculada con Al Qaeda y que se declaró dispuesta a enviar combatientes a Yemen caso de que EE UU bombardeara el país. Se trata de los primeros combates en la zona en más de un año en un país asolado por la violencia y la miseria.

Somalia carece de un Gobierno que controle efectivamente el territorio desde 1991. El actual Ejecutivo, respaldado por Naciones Unidas, ni siquiera controla por completo la capital, en la que Al Shabab cuenta con una fuerte presencia y donde se producen combates con frecuencia.

Con la ayuda de países occidentales, el Gobierno de Mogadiscio está intentando fortalecer sus fuerzas armadas. "Nuestras tropas ahora están listas para actuar y echar a los terroristas de la capital antes de que acabe enero para poder seguir recuperando terreno", declaró ayer a la agencia Reuters el primer ministro somalí, Omar Abdirashid Ali Sharmake.

"No podíamos lanzar una guerra de repente. Tuvimos primero que centrar nuestros esfuerzos en preparar nuestras fuerzas a la acción", dijo Sharmake, quien calificó de hecho probado la relación entre los miembros de Al Shabab y los rebeldes islamistas en Yemen. "Si la acción en Afganistán no está acompañada por otra en Somalia, nuestro país podría convertirse en un santuario para los terroristas", concluyó.

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