_
_
_
_
Reportaje:

El naval encara su año más difícil

Los astilleros sobreviven con la cartera de 2007 y 2008 - La patronal augura despidos en cadena - Crece la idea de que el sector necesita grandes cambios

María Fernández

El naval gallego ha comenzado a temblar. Entre enero y septiembre los grandes astilleros sólo han firmado cinco contratos en toda Galicia. M. Cíes ha suspendido pagos, Vulcano se enfrenta a la devolución de dos sísmicos, Rodman presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) por la caída de la actividad y muchas subcontratas no han podido afrontar la paga de Navidad.

Asime, la patronal del metal integrada en la poderosa Confemetal, cree que en los próximos meses habrá despidos "en cadena". Dicen que este año ya se han perdido 6.325 puestos de trabajo. ¿Es una estrategia para afrontar las negociaciones en una posición de fuerza? "No estamos exagerando, el panorama será más complicado en 2010 excepto, quizá, en la automoción. Nuestra única esperanza es que el mercado comience a recuperarse en el segundo semestre", dicen.

Enrique Mallón, secretario general adjunto de Asime, fue la cara de la patronal durante las durísimas negociaciones del convenio colectivo de Pontevedra que, tras 27 jornadas de huelga, decenas de heridos y disturbios callejeros, se firmó el 2 de noviembre sin el respaldo de CIG. Una errática política sindical y el empecinamiento de los empresarios pusieron al límite a 2.000 trabajadores.

Ahora toca volver a negociar con una meta distinta: plantear el nuevo rumbo del naval para evitar una debacle. La reconversión, una palabra que casi nadie se atreve a utilizar, puede comenzar el 12 de enero. Ese día Asime, las empresas constructoras y los sindicatos se han citado para anticiparse a la ola de despidos. Van a analizar cómo repartir el poco trabajo que hay entre las actuales plantillas. Se acabarán las horas extra, no habrá dinero para completar los sueldos de miles de familias que ya han sufrido lo suyo este año a cambio de poco.

Los empresarios creen que ha llegado el momento de diversificar, y una buena opción está en el sector aeronáutico. Ponen como ejemplo a DeltaVigo, de las pocas sociedades que ha tenido éxito en esta industria. Trabaja con Airbus, EADS y Bombardier realizando prototipos de robots para sus cadenas de montaje. "Tenemos que ser capaces de hacerlo, de certificar a más empresas en los parámetros de calidad que exige la aeronáutica", asegura Mallón.

Del otro lado, las propuestas sindicales se centrarán en la precariedad que provocan las subcontratas. Sospechan que no se está cumpliendo el libro blanco que las obliga a acreditar que cumplen con el convenio, entre otras cosas para garantizar que tienen fijos al 50% de los trabajadores.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Hay que terminar con la subcontratación de la subcontratación", opina Miguel Malvido, secretario del metal de CIG. Su compañero de CCOO, Ramón Sarmiento, coincide: "Es cierto que el bajón de carga de trabajo está entre el 20% y el 30%. Pero por encima de eso tenemos un problema estructural, que es la falta de organización. Las empresas tienen que mejorar la productividad, no competir por los precios más bajos. Y para eso hace falta que inviertan". Justo lo más difícil en un momento en que se ha cerrado el grifo de los créditos.

Ahí entra en juego la administración, en especial la Xunta, que tan bien se ha portado con el sector del automóvil. "No nos olvidemos, el naval genera puestos en y para Galicia. El valor añadido se queda aquí", recuerdan las centrales. Son más de 10.000 contratos, unos 3.500 en astilleros y el resto en auxiliares. Pero su deterioro es evidente desde hace dos años. Las exportaciones han caído en los nueve primeros meses un 29%. ¿Imitar al automóvil es una salida? "No podemos trasladar el modelo", afirma desde UGT Diego Atanes. "La automoción fabrica productos en pocas horas, un barco necesita meses. Los mecanismos de flexibilidad son distintos". Y el del naval, la Agencia Bolsa de Empleo, ha fracasado. "Tenemos que buscar una alternativa que sea mejor, o seguiremos en las mismas".

La Xunta al rescate

Los astilleros gallegos tienen muy difícil conseguir financiación pese a que son responsables de entre el 65% y el 70% de la construcción naval civil en España. La prueba está en los avales que, con el bipartito en el Gobierno, otorgó la Xunta el año pasado.

Astilleros Cíes, ahora en suspensión de pagos, fue uno de los beneficiados. Logró un respaldo de 2,1 millones de euros en condiciones especiales y sin la entrega de garantías reales. En noviembre, la Consellería de Economía dirigida por Javier Guerra aportaba ocho millones de euros a un fondo de Pymar, la asociación de pequeños y medianos astilleros. Estaba pensada para promover la contratación de cinco buques y generar dos millones de horas de trabajo. El fondo funciona, según explicó Guerra, como "una compañía aseguradora de astilleros", con efecto multiplicador, ya que se esperaba que generase un negocio de entre 50 y 60 millones.

El presidente del cluster del Naval y director financiero de Vulcano, José Domínguez, reiteró ese día que la crisis en el naval continuará hasta que no remonte la contratación. Poco después se supo que los ocho millones del fondo ayudarán a salir precisamente a Vulcano de su difícil situación, mientras busca compradores para sus barcos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_