Navidades en Barajas
Sin duda la imagen que ha acompañado nuestra Navidad este año 2009 ha sido la de ver a casi 5.000 personas literalmente "tiradas" en el aeropuerto de Barajas, reflejando en sus caras la angustia al ver frustradas sus ilusiones de pasar estos días con sus familias. La mayor parte son emigrantes a quien no quiero ni imaginar los esfuerzos y sacrificios que habrá costado reunir el dinero para el billete, y que se han encontrado con una amarga circunstancia que no olvidarán nunca.
El desastre empresarial de Air Comet, que debía más de cinco millones de euros en nóminas a sus empleados que llevaban meses sin cobrar, ha tenido como víctimas, además, a ese montón de ciudadanos que veíamos doliéndose ante las cámaras de su mala suerte al contratar el viaje con una compañía que al parecer, y según las sorprendentes declaraciones de su propio presidente, no ofrecía ninguna seguridad para volar, ya que ni él mismo hubiera depositado en ella su confianza.
Según declaraciones hechas desde el Ministerio de Fomento, esta penosa situación en estas fechas podía haberse evitado, manteniéndose los vuelos hasta el 10 de enero en que hubiera tenido lugar un cierre "más ordenado", si los propietarios de la empresa hubieran colaborado como se les solicitó.
Si esto es así, es perfectamente entendible que las organizaciones de consumidores hayan interpuesto las correspondientes denuncias, entendiendo como fraude el hecho de seguir vendiendo billetes a sabiendas de que estaban a punto de dejar de volar. También parece justo que la compañía se haga cargo de los más de seis millones de euros que costaron los vuelos que se fletaron para trasladar a los más necesitados de entre los viajeros afectados.
En este penoso asunto se produce, además, la sorprendente circunstancia de que el presidente de la compañía es el "patrón" de "patrones", es decir, el representante de todos los empresarios españoles. Curioso, ¿no.
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