La jungla familiar
La familia, inmersa desde hace décadas en continuos cambios que sin embargo no le han hecho perder un ápice de importancia dentro del engranaje de la sociedad, se está conformando como el gran tem a del cine actual. Semana sí, semana también, a la cartelera se añade una nueva visión, cada vez más cáustica, de la prole como fuente de problemas. La del español Nicolás Muñoz, al que le ha costado una década poder dirigir su segundo largo tras la olvidable Rewind (1999), se expone desde el título: Animales de compañía.
No hacen falta más explicaciones. Sin embargo, las nobles intenciones de Muñoz por mostrar el lado más negro de la consanguinidad se ven sepultadas por una factura técnica que convierte a las comedias televisivas de situación en portentos de puesta en escena, por un plantel interpretativo donde domina la irregularidad y, sobre todo, por una explicitud a la hora de mostrar los temas de conflicto que desgarra cualquier posibilidad de polémica.
ANIMALES DE COMPAÑÍA
Dirección: Nicolás Muñoz.
Intérpretes: Miguel Rellán, Mireia Ros, María Botto, Nancho Novo.
Género: comedia. España, 2008.
Duración: 90 minutos.
El filme se pone penosamente narrativo y discursivo
Con la unidad espacio temporal como marco (la cena de cumpleaños del padre de familia), y con toques de farsa político-social, Animales de compañía se desarrolla casi en tiempo real, lo que lleva a que la alusión a cada una de las temáticas resulte aún más forzada. Ahora que aparece la sirvienta latinoamericana toca hablar de la inmigración; la aparición del joven antisistema da pie para discutir sobre la matanza de animales y el comercio de pieles; luego, y sin solución de continuidad, van haciendo acto de aparición la imposible emancipación de los hijos por la falta de expectativas económicas, la guerra de Irak, el aborto, la adopción de niños del tercer mundo... Un totum revolutum que, al menos, no se expone de forma maniquea, otorgando voz a cada opción en cada tema, lo que lleva a la película a ponerse penosamente narrativa e irremisiblemente discursiva.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.