"No hay que dejar de tensar la cuerda"
Este pueblo era conocido sólo por el hockey, las fresas, las cerezas y las puntaires. Y ahora estamos en primerísima línea". Carles Mora, alcalde de Arenys de Munt, una población de 8.000 habitantes de la provincia de Barcelona, es uno de los rostros que ha emergido con más fuerza en el nuevo universo independentista desde que su municipio acogió la primera consulta secesionista el 13 de septiembre. Casado y padre de cuatro hijos, muchos consideran a Mora el hombre más emblemático de esta nueva eclosión soberanista. Natural de Arenys de Mar y profesor de bachillerato de Lengua y Literatura catalana en los Escolapios de Mataró, Mora aspira a dar el salto al Parlament y presentarse en 2010 con Reagrupament, el grupo liderado por Joan Carretero, el ex consejero de la Generalitat expulsado de ERC. "Siempre que los reagrupats, que son asamblearios, me escojan", avisa Mora, que reveló súbitamente sus simpatías el lunes pasado, tras las consultas. Mora apadrinó entonces una Iniciativa legislativa popular (ILP) para convocar un referéndum sobre la independencia. "No hay que dejar de tensar la cuerda, que nadie se relaje", afirma en alusión a una propuesta ya tumbada en julio y que seguramente fracasará. No la apoya ni ERC y supera el marco competencial de la Generalitat.
Procedente del tejido asociativo y del mundo asambleario, Mora, que se expresa con meticulosa precisión, estuvo vinculado en la clandestinidad a grupos catalanistas y de cristianos por el socialismo. Ahora no oculta que le gustaría que la Iglesia volviera a tomar la "antorcha de la rebeldía". Su militancia soberanista se limita a un año en ERC, de 1996 a 1997. Su paso fugaz lo achaca a una razón vital. "Querían que me presentara a las elecciones, pero no se correspondía con mi proyecto de vida. Teníamos dos hijos, queríamos dos más y no podía dar lo que pedían", cuenta.
Y los tuvo y se fue a vivir al pueblo de arriba, a Arenys de Munt, donde dio con la horma de su zapato al sumarse a Arenys 2000, un grupo transversal que reúne a vecinos convergentes, socialistas y ecosocialistas que nombran de forma asamblearia a su candidato. Fue escogido así. "No hay disciplina de partido. Somos independentistas, ecologistas y asamblearios. ¿La dicotomía izquierda-derecha? Con lo dicho está claro que no somos de derechas. Me gusta porque funcionamos un poco como en la antigua Grecia", dice este culé encantado con el soberanismo de Joan Laporta, el presidente del Barça.
Ve claro que el Estatuto se quedó corto de miras y que los partidos nacionalistas han desviado el objetivo de la independencia. Tras mostrar su agradable sorpresa por la atención que despertaron las consultas en el extranjero, Mora lamenta que los políticos sólo se fijen en la participación. "Eso me entristece", señala. Y apunta: "El Estado español recibe una información tendenciosa y tergiversada de la realidad catalana". Su deseo es que Barcelona celebre su propia consulta y cierre el ciclo iniciado en Arenys de Munt, visitada ahora por curiosos que han hecho subir su autoestima y la caja de los restaurantes. El alcalde está feliz y asegura que tiene prohibido acumular cargos: dejará la alcaldía si logra el escaño. "Y si no salgo diputado, no pasa nada: me vuelvo a los escolapios", zanja.
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