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Columna
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Mirar a los demás

Todo territorio tiene sus particularidades. Entre otros muchos factores, la posición geográfica, la densidad poblacional, su clima, o su tamaño generan oportunidades y plantean desafíos para las estrategias de desarrollo socioeconómico. Además, es evidente que la historia importa y que los "accidentes" y casualidades pueden ser determinantes. Algunos ejemplos: difícilmente Galicia contaría con su actual clúster de la automoción si hace cincuenta años Citroën hubiese optado por ubicarse en Bilbao; si Amancio Ortega llega a ser andaluz, Inditex no tendría su sede en Arteixo; nuestro protagonismo en el sector de las conservas de pescados no se explicaría sin la llegada de empresarios foráneos que vieron una oportunidad en nuestras rías. Pero al lado de esos factores idiosincrásicos, existen otros identificables en la mayoría de los procesos de desarrollo exitoso. Por eso es tan importante observar y analizar lo que se hace en otros sitios e imitar en lo posible.

La rentabilidad social de las nuevas conexiones por tren crece cuando se incorporan mercancías

¿En qué cosas deberíamos fijarnos? En lo que sigue me centraré en dos de ellos, escogidos por su relevancia y actualidad. En primer lugar, el tren como pieza básica de la cadena logística. Llama poderosamente la atención nuestro aparente desprecio por el tráfico de mercancías. Si uno se fija en los proyectos para comunidades autónomas fronterizas como Cataluña y País Vasco, la nueva plataforma ferroviaria Bilbao-Zaragoza-Valencia o las noticias que nos llegan sobre el avance de la línea Lisboa-Madrid, se encuentra con que la apuesta es el doble uso pasajeros-mercancías. Que todos los polos económicos citados son conscientes de las oportunidades que proporciona el tren de altas prestaciones para la logística de las empresas y el potencial de puertos marítimos y secos. Originalmente, en el PEIT esa era la lógica también para Galicia. Salvo la conexión Santiago-Ourense-Madrid, el resto, incluyendo la extensión hacia Portugal, se proyectó para uso mixto. Pero luego empezaron los cambios. Primero, el tramo Ourense-Vigo, ahora la conexión Vigo-Porto. Incluso en el proyecto para el área urbana de Ourense, parece hallarse implícita un diseño de largo plazo en el que las mercancías discurren por la plataforma vieja. El asunto chirría. Porque Galicia tiene un enorme potencial como plataforma logística y porque los estudios disponibles demuestran que la rentabilidad social de las nuevas conexiones se incrementa notablemente cuando se incorporan las mercancías: ésta era la conclusión principal del estudio que hace tres años se nos encargó a un grupo de trabajo de las universidades de Vigo, Minho y Porto, nunca divulgado por la parte gallega. Quizá estemos aún a tiempo de reconducir la situación.

En segundo lugar, aparecen las entidades financieras de base regional y, en particular, las cajas de ahorro. Los estudios disponibles demuestran el efecto positivo de las cajas sobre el desarrollo del tejido empresarial y el crecimiento regional. Afortunadamente, en este caso hemos sido capaces de definir una postura clara y ampliamente compartida sobre la importancia de mantener ancladas en el territorio las dos cajas gallegas y la necesidad de que todos los movimientos que se hagan en este campo tengan presente un horizonte en el que van a quedar menos de diez cajas en toda España. Galicia debe ser la referencia territorial fundamental de una de ellas. Desde esta perspectiva, promover una fusión entre Caixanova y Caixa Galicia parece inteligente; si bien es cierto que toda fusión es compleja y que la aparición de sinergias no está garantizada. En un informe elaborado recientemente para una caja de ahorros del sur de España, mostrábamos que sólo los ratios de solvencia parecen mejorar claramente tras una fusión. El resto (eficiencia, productividad...) depende de factores como el protocolo de fusión que se apruebe o la capacidad de integrar culturas empresariales distintas. Por eso, es muy importante diseñar bien ese protocolo, aprovechándose del conocimiento generado por las experiencias de fusión pasadas; y también lo es ubicar servicios centrales, fundación y corporación financiera en distintas ciudades, para visualizar claramente que es una apuesta gallega y no local. Por supuesto, también es muy importante acertar en la reforma de la ley de cajas. A ello me referiré en un próximo artículo.

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