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ANÁLISIS | El regreso de Haidar a El Aaiún
Columna
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"Una mujer más fuerte que un Estado"

Aminetu Haidar logró su objetivo de regresar a El Aaiún, la ciudad de donde fue expulsada, y recuperó incluso su pasaporte marroquí con el que viaja por el mundo. Ha colocado su causa, la del independentismo saharaui, en primera fila de la actualidad española y hasta en la internacional. Ha ganado.

El Gobierno español consiguió que la activista saharaui volviese y, sobre todo, evitó una crisis diplomática con Rabat. Ha ganado, pero ha dejado unas cuantas plumas en el camino.

No ha podido, en primer lugar, convencer en solitario a Marruecos de que rectificase. Y eso que se jacta de mantener la mejor de las relaciones con el vecino del sur. Necesitó el apoyo de dos hermanos mayores, EE UU y Francia.

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Incurrió, además, en contradicciones. En el Congreso de los Diputados apostó, por ejemplo, por el "libre derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación mediante referéndum", mientras que en el comunicado del Gobierno publicado ayer retoma la terminología marroquí sobre la necesaria "solución política justa y definitiva (...)".

Marruecos decretó que Haidar no podría regresar mientras no pidiese perdón y admitiese ser marroquí. La activista no lo hizo y, tras 32 días de huelga de hambre en Lanzarote, volvió a su casa. Marruecos ha perdido.

Para disipar las dudas sobre la derrota política de Marruecos basta con leer los comentarios de internautas marroquíes en los foros de Internet. La web Hespress, situada en Canadá, es la más activa y visitada. He aquí unas muestras de mensajes: "Haidar ha ganado y Marruecos ha perdido". "Francamente no estoy orgulloso". "Una mujer más fuerte que un Estado". "El Gobierno marroquí puso de nuevo de manifiesto su debilidad (...)". "Nuestros políticos deben saber que sólo una democratización acelerada del país nos permitirá demostrar que nuestra oferta autonómica [para el Sáhara] es seria".

"Aminetugate", titula en portada, en su edición de hoy, el semanario marroquí independiente Le Journal. "Este asunto ha revelado, como lo hizo en su día el contencioso del islote de Perejil, la alucinante falta de profesionalidad de la diplomacia marroquí y, más allá, la filosofía de todo un Estado".

España y Francia -no así EEUU, cuyo comunicado es sobrio- contribuyeron a atenuar, sin embargo, la derrota marroquí. Quizá era el precio a pagar para que Rabat diese marcha atrás. El presidente Nicolas Sarkozy "saluda" la propuesta de autonomía marroquí para resolver el conflicto y señala que Haidar llega "al territorio del Reino" de Marruecos. Considera, por tanto, que la capital del Sáhara forma parte de Marruecos.

El Gobierno español es más cauto sobre el Sáhara, pero es, en cambio, prolijo en elogios del rey Mohamed VI. Resalta "su compromiso con la democracia y la consolidación del Estado de derecho". El otoño se ha caracterizado en Marruecos por un claro retroceso de la libertad de prensa.

París y Madrid constatan, por último, que "la Ley marroquí se aplica en el territorio" del Sáhara. Tal y como está redactado es un cheque en blanco a Rabat. Hubiese bastado añadir la coletilla "de conformidad con el derecho internacional" para poner cortapisas a la autoridad marroquí. No lo hicieron.

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