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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Los ladrones dejan a La Floresta sin cruz

Unos desconocidos roban el símbolo del pueblo leridano - El hito estaba en un cruce de caminos - La pieza data del siglo XVIII y pesa más de 100 kilos

Los vecinos de la pequeña localidad de La Floresta (Les Garrigues) están que trinan porque unos desconocidos les han robado la cruz de término, datada a finales del siglo XVIII. Este elemento arquitectónico estaba situado en un cruce de caminos de las afueras de la población y originariamente tenía una función de delimitación territorial.

Para los vecinos, la pieza sustraída tiene "un gran valor histórico, patrimonial y sentimental". Era, junto a su noble castillo de estilo gótico, uno de los elementos más identificativos del pueblo. Constaba de una base octogonal de 80 centímetros de ancho y 60 de altura, anclada en el suelo con cemento, y de una peana de más de dos metros de altura también octogonal con una cruz de hierro incrustada en el extremo superior. El peso del conjunto era de unos 400 kilos, pero los ladrones se llevaron sólo la columna y la cruz, de unos 100 kilos.

"Había superado cinco guerras y nadie se había fijado nunca en ella"

"Soy muy benévolo en los adjetivos si digo que los que han hecho esto son unos mal nacidos y unos desgraciados. Hay que ser muy miserable para entretenerse en estas cosas". Quien así se expresa lleno de rabia es Félix Martín, el último picapedrero que queda en una localidad que siempre se ha caracterizado por haber dado grandes artesanos de la piedra. De La Floresta han salido muchas de las piedras que han servido para reconstruir edificios históricos, como el monasterio de Poblet, y en la actualidad del taller que Martín tiene muy cerca de donde estaba plantada la cruz de término salen muchas de las piedras talladas que se utilizan en la construcción del templo de la Sagrada Familia.

A Martín, de 68 años, le acaban de robar un trozo de su corazón, e idéntico sentimiento tienen sus convecinos, para quienes la pieza robada tiene un valor que no se puede medir en términos matemáticos. "Para mí tiene todo el valor del mundo. Es un valor sentimental, histórico e identitario, ya que la historia de esta cruz es paralela a la del pueblo. No verla en el lugar donde siempre ha estado me produce daño en los ojos. Había superado las atrocidades de cinco guerras y nadie se había fijado en ella", señala Martín, que se ha comprometido a restaurarla.

Josep Maria López, vecino de La Floresta y policía local de Les Borges Blanques, también dice sentir rabia y atribuye el robo a la crisis. "Hay mucha gente que pasa hambre y roba todo lo que puede para comer", afirma. "Seguro que lo han hecho por encargo y que la pieza ya está colocada en el chalet de alguien que tenía ese capricho". López denuncia que en los últimos tiempos han desaparecido del municipio muchos objetos de piedra que estaban al aire libre, como rodillos utilizados para aplanar los campos, piletas de agua, comedores de ganado y escaleras.

El alcalde de La Floresta, el convergente Jaume Setó, explicó ayer que el robo se produjo la noche del pasado 28 de noviembre y se sospecha que en la acción participaron varias personas. El Consistorio ha denunciado el hecho a los Mossos d'Esquadra, que investigan el caso, y solicita la colaboración ciudadana para poder localizar la cruz, que había sido restaurada en el verano de 2008.

En la base que los ladrones no pudieron llevarse figuran esculpidas en la piedra las inscripciones "AN1790 Y", "Ave Maria Puríssima" y "Alabat sigui el Santíssim Sacrament". Jaume Salla, artista y dinamizador cultural de La Floresta, asegura que los ladrones se dejaron la parte más valiosa del conjunto, posiblemente porque no pudieron cargarla en el vehículo que llevaban. Para el historiador Joan Bellmunt, al margen del valor que pueda darse a la pieza, el robo es "una falta de respeto a la historia de un pueblo".

Imagen de la cruz y fuste robados.
Imagen de la cruz y fuste robados.HERMÍNIA SIRVENT

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