"Ser noble no sirve de nada, pero heredas un deber"
Qué curiosidad. ¿Dónde querrá comer un conde? Amalio de Marichalar, conde de Ripalda, defensor del desarrollo sostenible en general y de la provincia de Soria en particular, elige un restaurante de la lujosa calle de Jorge Juan (Madrid) propiedad de una soriana, María Luisa, que saluda mesa por mesa y ha escrito de su puño y letra la siguiente introducción al menú: "Con el frío y la lluvia nuestros montes se llenan de setas, suculento manjar que año tras año nos ofrece el Señor como el milagro de la vida que se renueva. Disfruten de la Vida". Como no podía ser de otra forma, María Luisa nos prepara un festín de aúpa a base de setas y otras cosas de la tierra. Al escoger el vino, Amalio la frena: "María Luisa, que estamos en crisis". Y ella, muy resuelta: "Confía en mí. Y si sobra, os lo lleváis en una bolsita".
El conde de Ripalda lucha por salvar los restos de Numancia de un polígono
Amalio, 51 años, fino pero también cercano, empieza la charla con un aviso: "Soy directo y sencillo, no soporto lo teatrero". Empresario, presidente del Foro Soria 21 y muchas cosas más, es el mayor de seis hermanos, entre ellos Jaime, duque de Lugo, y Álvaro, que surcó el Atlántico en moto acuática. Fue Amalio, el primogénito, quien heredó el título paterno y lo lleva a gala: su camisa tiene estampada la R de Realeza y luce un anillo de oro con el escudo de su condado. "A nivel práctico ser noble no sirve de nada, pero heredas una responsabilidad moral", explica. "Debo hacer honor a mis antepasados defendiendo unos principios: decir la verdad, pedir perdón si me equivoco...". Pertenece a la Asociación de Hidalgos a Fuero de España, pero le quita hierro: "Media España desciende de un hidalgo aunque no lo sepa. Un amigo de mi fontanero, sin ir más lejos".
Amalio está casado -"mi mujer se llama Amalia", apunta pillo- y tiene tres hijos. La mayor es mujer. ¿Heredará ella el título? "Eso está a punto de cambiar y para entonces yo creo que sí", dice, y da cuenta de su señorial solomillo de ciervo.
Nobleza al margen, Marichalar es conocido por la lucha que mantiene por proteger los restos de Numancia. Hace años, soñó con hacer un arqueódromo interactivo en las ruinas de este pueblo celta famoso por su férrea resistencia a Roma. Los Marichalar estaban dispuestos a ceder parte de sus tierras, que lindan con las ruinas. "Pero los políticos lo convirtieron en un proyecto con 400 viviendas y campo de golf. Me negué". Luego llegó otra mala noticia: el proyecto de un polígono industrial al lado del asentamiento. A Amalio, que también sueña con convertir el castillo de Hinojosa (Soria) en el Centro Mundial de Desarrollo Sostenible de la ONU, se lo llevan los demonios: "Numancia fue el primer sitio declarado Monumento Nacional, en 1882... Allí anidan cigüeñas... Me han acusado de señorito... Es una joya y la quieren destruir...".
Y seguiría hablando, pero dan las 17.00. Hay que levantar el campamento. Y una sale de allí prácticamente rodando, convencida de la numantina causa de Amalio, convencida también de ser medio noble y con una bolsita muy mona con el resto del vino (bastante, por cierto) en la mano.
La Cocina de María Luisa. Madrid
- 1/2 de cantarellus: 13,33 euros.
- 2 sopas de boletus: cortesía.
- Revuelto de senderillas: 19.
- 1/2 carpacio de boletus: 10,21.
- 1/2 solomillo de ciervo: 16,90.
- 1/2 manita de cerdo: 17,55.
- Botella de Ribera del Duero: 16.
- Aperitivo, café y agua: 14,70.
Total: 107,69 euros.
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