_
_
_
_
Reportaje:El islam en Europa

¿Y Turquía? Pues indignada

Erdogan arremete contra "la corriente racista y fascista" que recorre Europa - Un ministro llama a los musulmanes a retirar el dinero de la banca suiza

Juan Carlos Sanz

"Las mezquitas son nuestros cuarteles y los minaretes nuestras bayonetas". La lectura en público de este poema islámico le costó la cárcel a Recep Tayyip Erdogan en 1998. Condenado por "incitar al odio religioso", fue defenestrado de la alcaldía de Estambul y su carrera política se vio arruinada. Tardó casi cinco años en recuperarse.

El hoy primer ministro de Turquía ha vuelto a mentar los alminares, esta vez para condenar el resultado del referéndum por el que hace una semana los suizos prohibieron la construcción de nuevos minaretes. Es una "señal de la corriente racista y fascista que recorre Europa", acusó Erdogan en un programa de televisión, "y la islamofobia es un crimen contra la humanidad, lo mismo que el antisemitismo".

Más información
Fabricando la islamofobia

Tras siete años en el poder, los islamistas moderados del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) de Erdogan han barrido en todas las elecciones con porcentajes superiores al 40% de los votos.

El de los suizos a la abolición de un símbolo religioso islámico ha levantado una polvareda de indignación en Turquía, país miembro de la OTAN y candidato a la adhesión a la UE. Hasta los más moderados han puesto el grito en el cielo. Egemen Bagis, ministro para Asuntos Europeos, ha llegado a exhortar a los musulmanes a "retirar su dinero de los bancos suizos". "Turquía es un lugar de coexistencia entre religiones, con más de 800 años en los que diferentes culturas han vivido juntas", reivindicaba el jefe de las negociaciones con Bruselas.

"Los turcos están muy quemados", reconoce un diplomático europeo basado en Ankara, "pero en el fondo siguen mirando hacia Europa, que es su destino. Son pragmáticos, buenos comerciantes y tienden a buscar el consenso". Pero muchos observan en Turquía la emergencia de un nuevo choque de civilizaciones y temen que se repitan episodios violentos como los registrados en el mundo islámico tras la publicación de las viñetas de Mahoma en Dinamarca. "El Gobierno y la sociedad turca ven un claro mensaje de intolerancia", explica Akin Ozçer, un ex diplomático que dirige un portal en Internet hispano-turco. "No parece sensato someter a referéndum temas vinculados a los derechos fundamentales, como la libertad religiosa".

La crisis de los minaretes ha generado un raro sentimiento de unidad nacional, incluso entre la oposición laica y nacionalista, que hace frente común ante el PJD. "El recado que nos llega desde Suiza es muy negativo, porque muestra el temor de sectores europeos hacia los musulmanes, destaca Attila Eralp, director del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Técnica de Oriente Medio, en Ankara, una de las más prestigiosas de Turquía.

"La sociedad turca ha perdido el impulso en su camino hacia la integración en Europa, que ya no cuenta con el apoyo de la población y que además produce una extraordinaria polarización política", advierte Eralp en su despacho en el centro de Ankara. Según sus datos, el portazo de Bruselas ha hecho caer el interés de los turcos hacia la UE del 75% a menos del 50% en apenas cuatro años. Y sólo un tercio de los turcos confía ahora en poder entrar algún día en la UE. "Turquía y la UE son como una pareja que no se habla. ¿Quién quiere construir una Europa basada en la religión?", se interroga este experto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_