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Proyecto para fabricar juegos con neveras y colchones viejos

Los viejos colchones y algunos componentes de los frigoríficos en desuso, uno de los residuos considerados más peligrosos, podrán en breve servir para la fabricación de parques infantiles. Galopín, la empresa gallega líder en España en diseñar y crear zonas de recreo para los más pequeños, y Cespa, concesionaria de la planta oficial de tratamiento de aparatos eléctricos y electrónicos así como de residuos voluminosos, principalmente muebles, se han aliado para recuperar y reutilizar elementos de la vida doméstica enviados a la basura.

El proyecto, que empezará a funcionar el próximo año, tiene su sede en Cerceda (A Coruña), donde también se asienta el complejo de tratamiento y eliminación de residuos sólidos urbanos de Sogama. Las dos empresas esperan tener operativas en dos meses las dos naves donde se almacenarán los aparatos inservibles y los colchones. Es la Universidad de A Coruña, a través del Centro Tecnológico del Plástico del campus ferrolano, la que se encarga de la investigación para reconvertir el poliuretano procedente de las espumas de los colchones y de los frigórificos desechados. Se han abierto cuatro líneas de investigación y aunque aún no se ha hallado la solución, Galopín, según su director general, José Manuel Iglesias, espera poder utilizar en pocos meses un compuesto recuperado de residuos voluminosos en la fabricación de los parques infantiles.

Difíciles de eliminar

"Es un proyecto pionero en Galicia", insistió por su parte Alfonso Clemente, delegado de Cespa en Galicia, al congratularse de una alianza que permite dar una solución a la hasta ahora difícil eliminación de este tipo de residuos. Los viejos colchones, cuyas espumas contienen gases que requieren un proceso de descontaminación, solían acabar, sin más, hasta hace seis meses en los vertederos.

Cespa ahora los fracciona y los tritura, recuperando el hierro de sus muelles, y compactando lo que queda para reducir al mínimo posible el volumen de los restos. Dentro de poco, las espumas también servirán los procesos de fabricación de Galopín, que ya invirtió en este proyecto 1,4 millones de euros para la compra de los terrenos donde estarán las naves de almacenamiento de voluminosos y electrodomésticos desechados. Antes se reforestó la zona y se recuperaron las márgenes del río.

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