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Reportaje:

Guitarrazos contra el sida

Diez grupos denuncian en el Círculo la exclusión social de los seropositivos

La historia le vino a la memoria anoche a Sergio, el guitarrista de Miss Caffeína, y aún sentía escalofríos al rememorarla. "Tenía siete años, vivía en Fuenlabrada y estaba en segundo de EGB. No comprendíamos por qué algunos padres querían que se fuera del cole una niña de clase, pero al final lo consiguieron. Luego supimos que su madre era seropositiva, le había transmitido la enfermedad y por eso la gente protestaba". Escuchan con gesto incrédulo su novia, la cantante Zahara (la de aquel estribillo tan contagioso "Me lo merezco por tonta"), y Alberto, compañero cafeínico. "Todavía me alegro más de haber venido", anota ella. "Los de nuestra edad no nos solidarizamos con nada y es hora de mojarse".

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El estigma. La exclusión. La discriminación laboral. Efectos colaterales del sida tan nocivos como el maldito virus. O más. Por eso la Fundación Apoyo Positivo convocó en el Círculo de Bellas Artes a 10 bandas para recaudar fondos e inculcar un par de ideas básicas: el VIH existe y no podemos darles la espalda a los afectados. "Confío que estas nuevas generaciones sean más abiertas, receptivas y comprensivas", anota la coordinadora, Ana Burgos, educadora de 43 años. "Hoy en día, aún 4 de cada 10 personas dicen que jamás trabajarían con un infectado".

A la Fundación le queda mucho trabajo por delante en una región con 30.000 portadores del virus, de los que cerca de 9.000 aún lo ignoran. Para dificultar más las cosas, la Comunidad adeuda unos 91.000 euros en subvenciones para proyectos asistenciales y de prevención ya ejecutados, según Burgos. "Éramos 10 trabajadores y hemos tenido que prescindir de cuatro. Tras 17 años de trabajo padecemos una situación insostenible, pero la Consejería de Sanidad ni paga ni promueve campañas de prevención".

Junto a Miss Caffeína y Zahara completaban el cartel Javier Álvarez, Autumn Comets, La La Love You o Gigio Trío, entre otros. Ninguno cobró un céntimo; varios incluso tuvieron que sufragarse los desplazamientos. "Yo soy el carcamal", bromeaba Álvarez, "pero los Autumn me convencieron para que viniera. Aprendo de ellos, de su buen rollo y compromiso". Por parte de este sexteto de Alcobendas que canta en inglés se erige en portavoz el batería Pablo Palomo, guapete y lúcido a sus 21 añitos: "Era imposible decir que no a esta convocatoria. Nos han inculcado la cultura del miedo, pero no podemos limitarnos a salir en la foto o ponernos la chapita en la solapa. Hay que pringarse contra el sida".

Una planta más arriba, la presentadora, Deborah Ombres, repasa el guión en el camerino y se ajusta el taconazo y su vestido verde limón. "Hay que hacerse análisis", recalca. "El sida nos puede pasar a cualquiera. Tengo 34 años y confío en ver el día que llegue la vacuna, pero mientras tanto no hagamos el loco".

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