El caos se apodera del proceso de elección del presidente de la UE
Altas responsables europeas exigen la presencia de una mujer en la nueva cúpula
El caos se ha apoderado del proceso de elección del presidente permanente de la UE y del alto representante y vicepresidente de la Comisión, hasta el extremo de que ayer había dudas en Bruselas de que la cumbre convocada el jueves para elegir ambos cargos pueda dar resultado. En la confusión, con al menos una veintena de nombres circulando para ambas posiciones, las mujeres de la Unión dieron un golpe en la mesa y exigieron la presencia de una de ellas en la cúspide comunitaria. "Son la mitad de la población", subrayó Margot Wallström, vicepresidenta de la Comisión. "Tienen que estar representadas".
"Circulan una veintena de nombres para ambas posiciones", según la contabilidad del ministro finlandés de Exteriores, Alexander Stubb, secundado en la descripción del caos por el italiano Franco Frattini: "En los últimos días han aparecido varias candidaturas sorpresa".
De la cumbre de finales de octubre, en que se resolvieron las objeciones del presidente checo al Tratado de Lisboa -y una vez debilitada la candidatura de Tony Blair para la presidencia, repudiado incluso por sus correligionarios socialistas-, emergió el consenso de que la presidencia de la UE sería para un conservador y que la responsabilidad de la política exterior recaería en un socialista. Tras diversos tanteos se fue creando la impresión de que las posiciones serían para el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, y para el ministro británico de Exteriores, David Miliband.
Pero el primer ministro británico, Gordon Brown, sigue defendiendo a Blair como primer presidente de la UE. "Blair es, con diferencia, el mayor problema", decía ayer una fuente europea. Su presencia expulsa de la carrera a Van Rompuy e inhabilita a su compatriota Miliband, descartado públicamente por su jefe.
A la confusión de nombres se suman otros Gobiernos al romper el aparente acuerdo para el reparto entre conservadores y socialistas. Una fuente española sorprendió ayer con una nueva estrategia negociadora: "Estamos trabajando para que el presidente del Consejo sea socialista".
Por más que la presidencia sueca de turno pusiera cara de palo ante el desorden y declarara que hay tiempo hasta el jueves para llegar a un acuerdo, Austria apuntaba a seguir las discusiones el viernes. Una información no confirmada por la presidencia sueca daba cuenta de que se está ya pensando en un desayuno de trabajo para ese día y hasta llegar al almuerzo si es necesario.
Ante el desbarajuste y en atención a los distintos equilibrios necesarios, cinco destacadas europeas -tres comisarias, una ministra y una parlamentaria- reclamaron ayer vehementemente en Bruselas que alguno de los cargos recaiga en una mujer. Porque todo el debate se centra en varones. "Es muy importante que haya un equilibrio entre sexos. Es la última oportunidad", dijo la sueca Margot Wallström, vicepresidenta de la Comisión.
"Hay mujeres muy capaces en Europa y pido a los primeros ministros que lo tengan en cuenta", insistió la ministra sueca de Asuntos Europeos, Cecilia Malmström. Está haciendo activa campaña por la presidencia comunitaria la ex presidenta letona Vaira Vike-Freiberga, que cuenta con el apoyo de los países vecinos, pero no con el de la Alemania de Angela Merkel, para quien el cargo debe recaer en alguien que haya participado en Consejos de la Unión. En tales cumbres, Letonia ha estado siempre representada por el primer ministro. Vike-Freiberga creció y se formó en el exilio de Canadá antes de volver a su país tras la independencia.
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