Si ves venir a los piratas...
Superado el curso militar, 54 agentes parten a Seychelles para proteger atuneros
Finalmente, son 54. Los vigilantes de seguridad privada que los armadores han contratado para que les protejan en el Índico partieron ayer por la tarde en un avión de la Fuerza Aérea Española desde Alicante hasta Seychelles. Estaba previsto que llegaran a su destino la madrugada de hoy, tras hacer escala en Yibuti. Antes, han recibido un curso intensivo en la Escuela de Infantería de Marina de Cartagena (Murcia) para aprender a manejar el nuevo armamento del que dispondrán los atuneros, como los fusiles de asalto y las ametralladoras pesadas Browning de 12,7 milímetros.
Los agentes han recibido clases sobre procedimientos de ataque y abordaje utilizados por los piratas, además de cuestiones de supervivencia en el mar, detención y custodia de prisioneros y primeros auxilios, según informó el Ministerio de Defensa.
La mayoría de los agentes que se han apuntado a este curso rápido sobre piratas son ex militares. Se presentaron 70, pero sólo han quedado 54, que se repartirán de cuatro en cuatro en cada atunero con un sueldo de casi 400 euros al día. Algunos habían trabajado antes como escoltas de amenazados por ETA y casi todos rondan los 30 años.
Además de cuestiones técnicas, también han recibido lecciones psicológicas. "Les someten a una presión muy alta para que en una situación real la tengan asumida", cuenta Vicente Cruz, presidente de la Asociación de Escoltas. Por ejemplo, "les enseñan a responder con calma y sin cometer errores a 180 pulsaciones por minuto tras haber subido cinco pisos por las escaleras".
La finalidad de las armas de guerra que el Gobierno ha permitido embarcar en los atuneros es disuadir a los piratas con un armamento similar al suyo. Los vigilantes han sido aleccionados en Cartagena sobre la "proporcionalidad del fuego", es decir, a hacer un uso limitado de las armas. La Asociación Española de Escoltas desaconsejó en un comunicado a los armadores que contrataran para este servicio a mercenarios extranjeros, más baratos, aduciendo que corrían el riesgo de que les entregasen a las mafias.
Los armadores aceptan a los vigilantes como una solución a corto plazo y siguen reclamando el embarque de militares, sobre todo, porque no quieren enfrentarse a los problemas que les generaría capturar, herir o incluso matar a un pirata.
Por otra parte, una fragata francesa capturó ayer a 12 piratas a 1.200 kilómetros de la costa somalí, informa Antonio Jiménez Barca.
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