"No cierro la puerta a una reunión de The Smiths"
Johnny Marr, guitarrista de la banda desaparecida, triunfa hoy con The Cribs
Una mano enguantada, cierto hombre encantador, la luz que nunca se extingue, colgar al dj o el coma de una novia. Son sólo imágenes, las de las canciones de The Smiths, quizá la banda británica más adorada de los ochenta. Un mundo intransferible tejido durante un lustro (1982-1987) por su letrista y cantante, Morrissey, e impulsado por las gloriosas melodías de Johnny Marr. No fue aquél, sino éste quien puso fin a la aventura, después de lapidar con su guitarra toda una época: la del pop con sintetizador. "Y aún hay periodistas que piensan que sólo tengo un sonido, el de This charming man o cualquiera de aquellos temas. Olvidan cómo he sonado luego, en mi paso por otras bandas: The The, Electronic, Modest Mouse...", se lamenta sin énfasis Marr (Manchester, 1963).
El guitarrista y compositor forma ahora parte de los pujantes The Cribs. "No entiendo por qué gusta tocar 25 años con la misma gente. Yo me aburro enseguida, pero tengo la fortuna de que músicos a los que admiro me invitan a unirme a ellos. Y si puedes dejar tu marca en discos de Talking Heads o Beck, por qué no hacerlo...".
Con los ingleses The Cribs, tres hermanos de Wakefield (Yorkshire), Ryan, Gary y Ross Jarman, no estamos ante una simple colaboración: Johnny se ha convertido en miembro fijo, y su maestría resulta evidente en el notable cuarto trabajo de la banda, Ignore the ignorant, capaz de acceder al top ten de las listas británicas. "En un momento en el que casi toda la música de mi país me parecía de diseño, The Cribs me deslumbraron con una mezcla de caña e inteligencia; poseen el cerebro de los Buzzcocks, los redaños de Nirvana y la efervescencia de The Ramones, todo ello sin olvidar la herencia del music hall".
Además de admiración recíproca, hay total simbiosis entre Marr y los Jarman. Comparten su amor por formaciones de la new wave y el post-punk, y comulgan poco con el britpop de los noventa, cuyos representantes, de Blur a Oasis, se hartaron de reconocer la influencia de The Smiths y del intrincado repiqueteo de las seis cuerdas de Marr, como antes lo habían hecho The Stone Roses.
Johnny no termina de reconocer que Ignore the ignorant es su disco con más elementos en común con el sonido de The Smiths: "Durante años he buscado alejarme de él. Cuando nos separamos yo era muy joven y no quería encasillamientos, en parte por eso me fui [la obsesión de Morrissey con el pop de los sesenta y su reticencia a los cameos de Johnny no ayudaron]. Ahora, más viejo, ya no me importa lo que piensen otros, y si concibo algo que suena inequívocamente a mí, no lo evito. Tener una impronta reconocible es una suerte". Y añade Marr: "Estoy ahora en la mejor banda de rock del mundo, pero no cierro la puerta a una reunión de The Smiths; los que me escuchan no son idiotas y saben que muchas cosas disparatadas acaban sucediendo".
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