Unió de Pagesos, en pie de guerra

Se acabó el idilio, si es que lo hubo alguna vez, entre Unió de Pagesos (UP) y el máximo responsable político de la agricultura catalana, el socialista Joaquim Llena. En los 35 años de existencia del sindicato más representativo en el campo catalán, las relaciones con el Departamento de Agricultura, Alimentación y Acción Rural nunca fueron tan tensas como ahora. "Entre nosotros y Llena no hay habla, sólo hay un vacío", afirma Joan Caball, coordinador de UP, para explicar la situación.

La crisis de precios y la falta de soluciones a los problemas que ahogan al sector han acentuado las críticas hacia Llena, a quien se acusa de tener poca cintura para abordar y resolver los conflictos que se le presentan y de no defender los intereses de Cataluña en Madrid y Bruselas. "Hemos enviado una carta al primer secretario del PSC y presidente de la Generalitat, José Montilla, solicitándole una reunión para aclarar conceptos y buscar una salida al conflicto. Hoy por hoy no hemos tenido respuesta, por lo que las relaciones con Llena como máximo responsable del PSC en temas agrarios siguen rotas", señala Caball. Históricamente, las relaciones entre Agricultura y UP han sido de amor y de odio. En la trayectoria del sindicato figuran situaciones de todos los colores: tractoradas en las carreteras, protestas urbanas, asaltos a dependencias de Agricultura, boicoteos a actos oficiales, enfrentamientos y escaramuzas diversas. Momentos de tensión y desencuentros con los consejeros de turno los ha habido siempre, pero la tirantez nunca había alcanzado tal nivel de paroxismo.

La dirección de UP ya no se reúne con el consejero Joaquim Llena

Que el campo está descontento es una evidencia. El sindicato tiene la sensación de que la administración no se toma en serio las reclamaciones y reivindicaciones de un sector que tiene muchos frentes abiertos, básicamente con la fruta dulce, cereales, leche, vino, aceite, frutos secos y porcino. En la casa del payés suele llover sobre mojado y los problemas se eternizan, lo que obliga al sindicato a desempolvar periódicamente el traje de organización incómoda y combativa, lo cual no gusta a los responsables del ramo. La carga de los antidisturbios de los Mossos el pasado 24 de octubre en Reus (Baix Camp) durante una protesta agraria para reclamar precios justos para los productos del campo, con el resultado de varios heridos y tres sindicalistas detenidos, ha sido la gota que ha hecho rebasar el vaso.

Este incidente, que se saldó con varios heridos y tres sindicalistas detenidos, fue el último topetazo. Pero con anterioridad hubo innumerables confrontaciones, la penúltima después de aprobarse en el Congreso de los Diputados la Ley de Creación de Órganos consultivos del Estado en el ámbito agroalimentario, que resta representatividad a las organizaciones profesionales agrarias. Fue entonces cuando el sindicato anunció la ruptura de relaciones con Llena. Desde entonces no se celebran las reuniones bilaterales mensuales a dos bandas en las que UP planteaba los problemas del sector. El sindicato informó de que a partir de ahora sólo tomará parte de los órganos de participación y consulta regulados en la legislación catalana.

Según UP, que logró el 60% de los votos en las últimas elecciones sindicales agrarias en Cataluña, la ley estatal regulará, con los votos de los socialistas catalanes, la representatividad de las organizaciones profesionales agrarias ante la Administración del Estado, lo que, a su juicio, discrimina a sindicatos más regionales y es contrario al derecho fundamental de libertad de asociación. "Es una chapuza porque no es democrática y menosprecia la democracia en el campo", asegura Caball.

"Estamos en un sector con una crisis profunda y no hay respuestas del Gobierno", añade Caball". "El principal problema que tenemos con el consejero Llena es que no quiere reconocer que el sector está en crisis. La única manera de encontrar soluciones a los problemas es admitirlos, analizarlos con detalle y buscar soluciones. Eso no se está haciendo y la gente empieza a estar harta de no ver respuestas a unas necesidades. El problema de Llena es que actúa como si la cuestión agraria no fuera con él. Queremos que haga de consejero de Agricultura, pero parece que hace de consejero territorial de Lleida. Funcionamos a golpe de comunicado. Su forma de funcionar nos desconcierta".

Agricultura lamenta que el motivo de la discordia hay sido una ley de representatividad agraria que no ha aprobado la Generalitat, sino el Parlamento español. "En todo caso, UP debería haber roto relaciones con otro organismo, no con el nuestro", señala Xavier Castella, secretario general del Departamento de Agricultura. Éste considera que el sector necesita en este momento de crisis estar más cohesionado que nunca para superar los problemas y tiende la mano a UP para encontrar la concordia: "cuando quieran recuperar las relaciones encontrarán la puerta abierta".