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Negociación para liberar el atunero

Los piratas devuelven al 'Alakrana' a los tres rehenes desembarcados

Los secuestradores rompieron la negociación tras acordarse un rescate de más de dos millones

Tras el susto, el alivio. Los tres marineros españoles que fueron desembarcados el jueves en territorio de Somalia volvieron a subir ayer al pesquero Alakrana. Lo anunció el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, después de que el primer ministro somalí, Omar Abdirashid Ali Sharmake, se lo comunicara al embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto. Los tres "están bien", aseguró Moratinos.

Los piratas dieron marcha atrás en un movimiento que elevaba al máximo la tensión de un secuestro que se prolonga desde hace ya 37 días. La noticia "da una mayor tranquilidad por el momento", dijo el ministro, aunque sería "irresponsable decir que estamos en la fase final, porque estas situaciones son difíciles y complejas", advirtió.

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"Estamos donde estábamos la semana pasada. O, al menos, eso esperamos", dijeron anoche fuentes gubernamentales. El 30 de octubre parecía que se estaba cerca de un acuerdo. El armador del atunero, instalado en Nairobi, había negociado un rescate, que las fuentes consultadas cifran en más de tres millones de dólares (más de dos millones de euros); casi el triple de lo que se pagó en abril de 2008 por el Playa de Bakio (1,2 millones de dólares, unos 770.000 euros).

Quedaba al margen el problema de los dos piratas detenidos el 3 de octubre por la Armada española -cuando se dirigían en un esquife hacia la costa desde el pesquero secuestrado- , y entregados a la Audiencia Nacional. El Gobierno siempre sostuvo que su captura no supondría un obstáculo para la resolución del caso y que, como mucho, elevaría el precio del rescate, para "indemnizar" a las familias de los detenidos por la falta de dos varones jóvenes.

La jornada del jueves -con las llamadas de los secuestrados a sus familias, los disparos al aire, el desembarco de tres rehenes y las amenazas de muerte- cogió por sorpresa al Gobierno. E hizo saltar por los aires lo acordado hasta entonces. La respuesta fue activar canales de interlocución alternativos, que se habían dejado de lado para no entorpecer las negociaciones.

El retorno de los tres marineros al buque sería, según fuentes próximas a los servicios de inteligencia, el resultado de esas gestiones, pero también de una serie de factores circunstanciales, como la presión de los ancianos de la zona, temerosos de una escalada que ponga en peligro el lucrativo negocio de la piratería, o de los propios piratas a perder el control de los rehenes trasladados a tierra a manos de grupos rivales, como casi sucede durante el secuestro del fotógrafo José Cendón, en 2008.

"En próximos días sabremos si ha sido una estratagema para encarecer el precio del rescate o una gesticulación de cara a las familias de los encarcelados en España", agregaron las mismas fuentes. Es decir: para demostrar que han hecho todo lo posible para obtener su regreso.

El Gobierno recuerda que la suerte de los dos somalíes presos está en manos de los jueces y que su excarcelación resulta muy problemática. Y no sólo porque se quiera obtener como fruto de un chantaje; sino también porque, al contrario que los 13 piratas entregados en mayo pasado a Kenia, los dos actuales están acusados de delitos contra ciudadanos españoles en el extranjero, lo que es competencia de la Audiencia Nacional.

Finalmente, "aunque fuera viable una entrega de ese tipo, los procedimientos judiciales son tan lentos y garantistas que no llegaría a tiempo para influir en el desenlace del secuestro", agregan las mismas fuentes.

La vuelta de los tres marineros al Alakrana fue un balón de oxígeno para el Gobierno tras una jornada en la que se multiplicaron las presiones para que excarcele a los dos piratas. No sólo fueron los familiares de los 16 rehenes españoles, que han convocado para hoy sendas manifestaciones en Bermeo (Vizcaya) y Vigo, sino también las dos patronales que agrupan a los atuneros vascos o la propia empresa propietaria del Alakrana.

Incluso el Parlamento vasco aprobó una ambigua declaración institucional en la que instaba al Gobierno a "adoptar cuantas medias diplomáticas o judiciales sean necesarias, dentro de la legalidad, para favorecer la inmediata liberación de los tripulantes del Alakrana".

El propio lehendakari, Patxi López, dejó en una situación incómoda al Gobierno al sugerir el pasado jueves que se estudie la posibilidad de devolver a los dos piratas a su país o a otro de la zona, como Kenia, "para que sean juzgados allí".

Anoche, el Gobierno vasco expresó su confianza en que el regreso al buque de los tres marineros sea "un paso positivo hacia la resolución del secuestro".

Por si se prolonga, Defensa prepara el envío de una nueva fragata, la Navarra, que relevará a la Canarias y se sumará a la Méndez Núñez en aguas de Somalia.

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