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El segundo milenio del FAS

El cine club de Bilbao celebra hoy con el 'Tartufo', de Murnau, su proyección número 2.000 - "Es el último reducto para cinéfilos", asegura su director

El Cine Club FAS espera esta tarde con un programa especial a los dos centenares de fieles que cada martes acuden a la cita en el salón El Carmen, en Indautxu, para ver películas en versión original y sobre pantalla grande. La proyección de Tartufo (1925), de Friedrich Wilhelm Murnau, servirá como cinéfila celebración de la sesión número 2.000 en los 55 años de historia del FAS. Al debate posterior asistirá el historiador del cine Luciano Berriatua, restaurador de la obra de Murnau.

La elección de Tartufo, uno de los títulos menos conocidos del realizador de Nosferatu, resulta simbólica. Aunque la certeza no es absoluta, varios estudios apuntan que esta película fue proyectada en 1928 en la sesión inaugural del Cineclub Español de Madrid, el primero que funcionó en España, impulsado por Luis Buñuel, entre otros creadores vinculados a la ebullición cultural que se vivía en aquellos años en la Residencia de Estudiantes.

La programación no se ha suspendido nunca en sus 55 años de historia

El FAS nació auspiciado por el Obispado de Bilbao en el salón San Vicente, que ahora ocupa el Kafe Antzokia. Sus primeros estatutos obligaban a mantenerse al margen de la política y a realizar sus actividades "en completa sumisión a nuestra Santa Madre la Iglesia y leal adhesión a nuestra España". Durante el franquismo hubo asesor moral y censura en las películas y los coloquios, pero también la habilidad suficiente para esquivarla y proyectar películas prohibidas como El acorazado Potemkin y Octubre, ambas de Eisenstein.

La proyección con la que el cine club llegó a su primer millar se celebró en mayo de 1978. Entonces también se hizo un guiño a los pioneros del cine. El programa de aquella noche 1.000 estuvo compuesto por dos cortometrajes de los primeros pasos del cine realizado en el País Vasco -Un drama en Bilbao y La huerfanita, de Aureliano González- y con la vuelta a la pantalla del FAS de El acorazado Potemkin, ya sin la amenaza de la censura.

El FAS presume de no haber suspendido ni una sola sesión en toda su historia. Ni siquiera el día del golpe de Estado del 23-F se alteró la programación: se proyectó, a la hora prevista, New York, New York, de Martin Scorsese.

La venta del local de San Vicente obligó al FAS a tener que buscarse una nueva casa en 1995. El cine club, con las películas ajenas al circuito comercial y sus debates, sonaba a pasado de moda, pero logró seguir adelante en El Carmen con su proyección semanal. Su director, Santiago Pascual, afirma que es "el último reducto que queda en Bilbao a los cinéfilos." En el cine club puede hablar de las películas que le gustan sin sentirse un marciano. y confía en el futuro del FAS. "Volverá a ser cool; volverá a estar de moda entre los jóvenes ver y debatir sobre cine", aventura.

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