Un centenar de agencias de viajes cierran por la crisis

Las agencias de viajes, que constituyen un universo de microempresas de dos o tres trabajadores en la mayoría de los casos, están acusando duramente la crisis y la reconversión del sector que impone Internet. Entre junio de 2008 y junio de 2009, cerraron un centenar largo de puntos de venta, el 10% de los que operan en Cataluña, según explicó ayer la Asociación Catalana de Agencias de Viajes (ACAV), que ha estudiado, de la mano del grupo Amadeus, el alcance de la debacle.

Aun así, el director de Amadeus España, Paul de Villiers, optó por mirar la botella medio llena y apuntó que el ritmo de cierres se "está ralentizando". Un tercio de las agencias consultadas han visto menguar sus ingresos el 30% por facturación de viajes.

"No sé si hemos tocado fondo, pero se está produciendo una ralentización", dijo De Villiers. Es una reconversión esperada. "Se tenía que acabar produciendo", comentó la gerente de la asociación, Marián Muro. Y no sólo por la atomización del sector. La ACAV explica que en la última década el ritmo de crecimiento de puntos de venta y agencias fue del 7% y hasta del 8% anual. El mercado ha dicho basta.

En la encuesta de la ACAV y Amadeus, la respuesta es contundente: el 97% de las agencias reconoce haber sentido el zarpazo de la crisis, y en ocho de cada 10 casos, a fondo. Apenas el 3% considera que el efecto ha sido nulo. La reacción ha sido echar mano de la tijera, no sólo en gastos corrientes, sino también en publicidad.

Muchas de las empresas que forman parte de la ACAV operan también en Internet, así como los primeros grupos autóctonos online, eDreams y Rumbo. Aun así, el 70% ve en Internet su principal competidor, por mucho que sea una "oportunidad", como enfatizó el presidente de la ACAV, Francisco Carnerero. Las agencias convencionales sufren las reservas de hoteles y la venta de billetes directas en la Red, que el consumidor tiende a realizar por su cuenta. Se aferran, para aguantar, a los paquetes turísticos.