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Salgado descarta nuevas subidas de impuestos en 2010

La vicepresidenta desinfla las expectativas de los grupos de izquierda

Alejandro Bolaños

Con el proyecto de Presupuestos para 2010 en la última fase de su travesía parlamentaria, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, se mantiene firme en su propuesta de reforma fiscal. "No habrá más subidas de impuestos en enero", proclamó ayer. Salgado reduce así a la mínima expresión el margen de negociación con los grupos parlamentarios de izquierda, que reclaman nuevos recargos a las rentas más altas.

Salgado respondió en un foro organizado por el diario Cinco Días a las preguntas que se le acumulan en el registro del Congreso de los Diputados en forma de enmiendas al proyecto de Presupuestos. Los grupos de izquierda (IU, ERC, BNG) reclaman un nuevo tipo para las personas con mayores ingresos en el IRPF (el máximo ahora está en el 43%), hacer una excepción con las rentas bajas y medias en la eliminación de la deducción de los 400 euros o revisar al alza la propuesta de recargo al ahorro a las rentas más altas (el Gobierno quiere subirlo del 18% al 21%).

La vicepresidenta aseguró que estudiará todas las enmiendas pero, amparada en el respaldo por PNV y Coalición Canaria -que no cuestionan su propuesta fiscal-, insistió en que el "núcleo central de la reforma" será el que refleja ya el proyecto de Presupuestos. Es decir, una subida del IVA del 16% al 18%, la supresión completa de los 400 euros y el recargo anunciado a los rendimientos del ahorro.

Decisión postergada

Tras enumerar las razones que le llevan a rechazar las distintas propuestas de la izquierda, Salgado postergó cualquier decisión sobre una nueva subida de impuestos al proyecto de Presupuestos de 2011. Con la reforma propuesta, Economía prevé recaudar unos 6.500 millones más en 2010. Salgado sumó el recorte presupuestado en gastos (7.500 millones) para dar por iniciado el camino de la "consolidación fiscal": el Gobierno pretende bajar el déficit del 10% del PIB (previsto para este año) al 3% en 2012. Con la dificultad añadida, como subrayó Salgado, de que "los ingresos tributarios por el boom inmobiliario no volverán". La vicepresidenta dejó entrever que, para reducir el déficit estructural de las cuentas del Estado, el Ejecutivo pondrá el acento los próximos años en el lado de los gastos.

Como ocurre en las cuentas de 2010, donde la dotación para medidas anticrisis adelgaza de forma drástica, las referencias al mantenimiento de los estímulos fiscales en el discurso de Salgado pesaron menos que su reiterada apuesta por reequilibrar las cuentas públicas cuanto antes.

La vicepresidenta mantuvo que su objetivo es cumplir con el Tratado de Maastricht, aunque concedió que lo haría con "más holgura" si la Comisión Europea, ante el incumplimiento generalizado (20 de los 27 países de la UE superan el 3% del PIB), decide ampliar "de forma general" un año más el periodo para reconducir el déficit, que ahora es de cuatro años en el caso español.

Salgado y, delante, Gerardo Díaz Ferrán, presidente de CEOE.
Salgado y, delante, Gerardo Díaz Ferrán, presidente de CEOE.ULY MARTÍN

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