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El saqueo del Palau

Mas desentierra Banca Catalana

El líder de CiU dice sufrir una operación de "desgaste" como Jordi Pujol en 1982

Los titubeos de Convergència Democràtica en el caso Palau de la Música y las contradicciones internas sobre si el partido devolverá el dinero recibido de forma irregular del Orfeó en la época de Fèlix Millet han derivado en una oleada de victimismo. La consigna es ahora que las críticas al partido por sus controvertidas relaciones con el saqueador confeso del Palau no son más que una estrategia orquestada desde Madrid y desde el Partit dels Socialistes "para destruir el proyecto catalanista de Artur Mas". El propio Mas lanzó ayer este mensaje y no dudó en comparar la operación de "desgaste" de la que dice ser víctima con la que protagonizó Jordi Pujol con el caso Banca Catalana a comienzos de la década de 1980.

Buscando siempre en el enemigo externo y sin aclarar si, finalmente, devolverá los 630.000 euros que Millet desvió irregularmente hacia la fundación Trias Fargas, vinculada a CDC, Mas aseguró ayer que alguien busca su destrucción. No se refirió explícitamente al caso Banca Catalana, pero sí bordeó el asunto. "Siempre que hay un tipo de catalanismo, como en la década de 1980 el encabezado por Jordi Pujol, que coge fuerza y que puede gobernar el país, se genera cierto tipo de fuerzas para impedir que vaya adelante", dijo. Preguntado sobre si se refería al caso Banca Catalana, Mas dijo que la situación es "similar" a la de entonces, ya que las encuestas son favorables a CiU. "Ante esta situación, los que en estos momentos ocupan todo el poder se revuelven como pueden e inician una fase en la que se trata de desgastar al adversario a cualquier precio", añadió.

La comparación del caso Millet con el de Banca Catalana, que afectó a Jordi Pujol entre 1982 y 1984, sorprendió ayer en los ambientes políticos. En primer lugar, porque es poco probable que el heredero de Pujol admita que en Banca Catalana se desvió dinero hacia los bolsillos de los gestores como sí ha ocurrido en el Palau de la Música. En segundo lugar, porque en el caso Banca Catalana, la opinión mayoritaria de los jueces, que no unánime, fue que sólo hubo faltas y no delitos, algo inaplicable al caso del Palau, dado que Millet confesó haber robado.

Tampoco parece ayudar a Mas imputar a quienes critican a CiU por haberse embolsado dinero del Palau (a través de la Trias Fargas) un deseo de destruir a los nacionalistas, como insiste día si día también Convergència. Albergarán el deseo que sea, pero lo importante es que tanto Millet, como Montull como la propia Trias Fargas expliquen por qué, a cambio de qué, con qué resultados se hicieron esas transaciones. Porque los dos presuntos delincuentes del Palau financiaron la fundación nacionalista bajo mano, esto es, sin permiso de la institución que representaban.

Algo de eso entendió ayer Xavier Trias, quien dijo que Mas no debería haber hecho el paralelismo entre Banca Catalana y el caso Millet. Esquerra Republicana instó ayer a CDC a abandonar "el victimismo" y a devolver el dinero recibido del Palau de la Música.

Por otra parte, Artur Mas aseguró que el partido ofrecerá "todo tipo de ayuda" al dirigente Àngel Colom en caso de que el juez decida imputarle en el caso por haber cobrado 75.000 euros del Orfeó Català para pagar las deudas que dejó el fallido partido por la Independencia en 1990.

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ERC e ICV quieren restringir las donaciones

Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya volvieron a pedir ayer una reforma de la ley de financiación de los partidos para evitar que casos como el de la Fundación Trias Fargas se repitan. De "escándalo" tildó la portavoz de ICV, Laia Ortiz, las donaciones a esta fundación, de Convergència Democràtica, que realizaron 34 empresas; 28 de éstas recibieron contratos del Ejecutivo catalán cuando estaba en manos de ese partido. "La vinculación de CiU con empresas demuestra la necesidad de reformas", añadió Ortiz.

Tanto ella como Joan Ridao, de ERC, pidieron que la reforma de la ley no sólo restrinja aún más las donaciones privadas a las formaciones políticas. También debería ponerse coto a las dádivas que reciben sus fundaciones afines, apuntaron. El objetivo sería "evitar que el dinero que reciben las entidades sin ánimo de lucro acabe financiando a los partidos", según Ortiz. Ridao, que es diputado en el Congreso, anunció que presentará allí una iniciativa legislativa para prohibir que estas fundaciones reciban donativos anónimos o de empresas que tienen contratos con las administraciones. Se trataría, pues, de extender a estas entidades las limitaciones a las que ya están sometidos los partidos políticos desde 2007. Entonces, ERC impulsó la última reforma de la ley de financiación de los partidos, que estipula que éstos no pueden recibir dinero anónimo ni de firmas que tengan contratos vigentes con algún ente público.

Tanto Ortiz como Ridao volvieron a reclamar a Artur Mas explicaciones por el caso de la Trias Fargas. Y el convergente Felip Puig contraatacó pintando de pardo todos los gatos: recordó que La Caixa condonó los intereses de deudas de ERC y del PSC.

Trias contra el líder

- El presidente del grupo de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, contradijo ayer al líder de la federación, Artur Mas, y aseguró que el partido no debe devolver el dinero recibido del Palau de la Música.

- El jefe de la oposición en Barcelona explicó que Millet le pidió hace tres meses que moviera hilos para llevar al Palau a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. "Por suerte, no lo hice", dijo.

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