Dos candidatos a presidir el Superior declinan exponer otra vez sus planes

El proceso de designación del nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia sigue quemando etapas, aunque su final sigue sin estar claro. Tras la infructuosa primera votación de marzo, en la que ningún candidato logró la mayoría necesaria, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) volvió a invitar la pasada semana a los cuatro aspirantes a exponer sus proyectos en la Comisión de Calificación. Pero sólo acudieron a la cita Jaime Tapia y Manuel Díaz de Rábago, el único candidato inédito. Fernando Ruiz Piñeiro y María Victoria Cinto, en cambio, declinaron presentar de nuevo sus programas. Una decisión que ha sido interpretada como un "desaire" por algunos vocales del Poder Judicial y que enreda aún más la ya complicada elección.

La designación se demorará en principio hasta el próximo diciembre

Salvo Díaz de Rábago, que estaba obligado por su condición de nuevo aspirante en la pugna, sólo Tapia accedió voluntariamente a presentar de nuevo sus méritos. Un gesto que se asocia más bien a una cuestión de mera disciplina, pues se trata del candidato con menos opciones aparentes de optar a la presidencia del Superior, pese a que fue quien más apoyos sumó en el anterior proceso de marzo. Su falta de respaldo entre los vocales progresistas del Poder Judicial se le comunicó en junio, durante la investidura de Garbiñe Biurrun como nueva presidenta de la Sala de lo Social del Superior.

Al estilo de un símil de ajedrez, su relegación se interpreta como un "intercambio de peón" por parte de Jueces para la Democracia, que no ha convencido al propio afectado, según se desprende de algunas declaraciones públicas en las que ha insistido en sus destrezas frente a algunas carencias de sus rivales. Todo responde a una cuestión de estrategia para desatascar la encasquillada situación. Descartado Tapia, la terna de aspirantes la integrarían Díaz de Rábago, Ruiz Piñeiro y Cinto. El primero resulta "inasumible" para la corriente conservadora del Poder Judicial por su pronunciamiento contra la Ley de Partidos, entre otras cuestiones. El actual presidente, por su parte, parece que ha perdido apoyo entre la derecha ideológica de la APM, su única valedora. La máxima responsable de la Audiencia guipuzcoana, única mujer que opta a liderar el Superior, aparece así como la única candidata posible de consenso.

Cinto, que se presentó en marzo como cenicienta, contaría a priori con los nueve votos progresistas y los dos nacionalistas del CGPJ, a los que podría sumar algún conservador si se rompe la disciplina de voto. Algo que no está descartado, ya que las dos corrientes del Poder Judicial se dividen a su vez entre vocales judiciales y parlamentarios. Trece son los apoyos que necesita para ganar la elección. De no imponerse ningún candidato, se tendría que recurrir, por primera vez, a un tercer proceso de votación para designar al presidente. Se celebraría ya en 2010. Lo único que parece confirmado por ahora es que el ganador tendrá que hacer frente, en cualquier caso, a una compleja e "incómoda" situación de partida.

Tras analizar las dos únicas exposiciones presentadas la pasada semana y evaluar las otras dos ya expuestas en marzo, el CGPJ elevará en los próximos días la terna final de aspirantes. Un grupo al que se podría llegar sin ningún descarte y con cuatro candidatos. La designación final del presidente, en cualquier caso, no llegará hasta un próximo pleno. En principio, se estipuló que se abordaría en el de noviembre, aunque la decisión parece que se retrasará hasta el último mes del año, según fuentes de la judicatura.