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El Ayuntamiento de Melón deposita sus residuos en un pabellón deportivo

El inmueble es propiedad de una empresa de Florentino Pérez

El Ayuntamiento de Melón, que preside el popular Alberto Pardellas, almacena los residuos sólidos urbanos en un pabellón deportivo propiedad de una de las empresas del presidente de Real Madrid y de la constructora ACS, Florentino Pérez. Restos de lavadoras, televisores, colchones, sofás y la práctica totalidad de la basura que genera el municipio se desparraman por el interior del pabellón -construido en los años 90 pero todavía sin estrenar- y algunas veces "no voy a mentir, los gitanos hacen ahí algunas hogueras", sostiene el regidor cuando se le pregunta si, como dice la oposición, se queman ahí mismo los voluminosos con una autorización para quema de rastrojos.

El radical enfrentamiento de Pardellas (del núcleo de fieles del vicepresidente del Parlamento, Baltar Blanco) con el ex presidente de la Mancomunidad de O Ribeiro y actual superdelegado de la Xunta, Rogelio Martínez, llevó al regidor de Melón a darse de baja de la mancomunidad -"gracias a Dios", acostumbra a repetir él mismo- y el municipio se quedó sin punto limpio. De ahí, la confesión del alcalde: "Los vecinos tienen que verter ahí y nosotros también, pero luego, cada cierto tiempo, lo llevamos todo al punto limpio de la Diputación, en O Carballiño, o al de A Cañiza", en Pontevedra.

El municipio carece de punto limpio desde que dejó la Mancomunidad

José Luis Baltar compensó a Pardellas hace menos de un mes con una subvención de la Diputación por importe de 300.000 euros para acondicionamiento de ese mismo pabellón-almacén de residuos, situado en Cruceiro Gordo pese a que no es propiedad del ayuntamiento. "Pero va a volver a serlo", promete el alcalde.

Pardellas explica que decidió venderlo en 2006 a la empresa Verterra por 240.000 euros. Tenía polideportivos de sobra: uno en Quins y otro a medio hacer situado a 75 metros del monasterio, patrimonio cultural de Galicia. Cultura ordenó el derribo de la nueva construcción, pero ahí sigue y Pardellas se enfrenta a una acusación de prevaricación.

Mientras tanto, alienta los vertidos en el inmueble ajeno que espera recomprar por la misma cantidad por la que lo vendió. El regidor ha decidido instalar en el mismo entorno el polígono empresarial. Como Verterra ya había vendido el pabellón a una de las empresas de Florentino Pérez, el alcalde de Melón negoció con el nuevo propietario. "Y acceden, porque los presioné; les dije que o se instalaban ahí o tenían que darme facilidades de compra: me dan 15 años sin intereses", sostiene. Cuando quede libre de toda la basura acumulada, el recinto deportivo de Cruceiro Gordo se convertirá, según Pardellas, en pabellón multiusos, "guardería, centro de día para los ancianos, auditorio, gimnasio con aerobic para mujeres, biblioteca y piscina cubierta de cinco calles". Entonces le tocará resolver el problema del punto limpio.

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